jueves, 6 de septiembre de 2007

-Ermita de San Pelayo


Una leyenda sobre el origen del monasterio de San Pedro de Arlanza, cuenta que estando el conde Fernán González de caceria por unos valles angostados del condado de su padre, cuando un enorme jabalí le salió al paso. Intentando darle caza, el conde perdió todo cuidado, yendo a caer a una cueva donde vivia un santo ermitaño. Este le profetizó un futuro muy brillante, tanto a él como a su familia, viendo como ellos llevarían a Castilla hasta su independencia y hacia un próspero futuro. Una vez se cumplierón la mayoria de los presagios del monje, el conde Fernan González decidió levantar un primitivo monasterio, el de San Pedro el Viejo o de San Pelayo, sobre el lugar que ocupaba la cueva.

Se dice que Fernando I de Castilla ofrendó al monasterio de Arlanza un monasterio o posesión rural eclesiástica, que estaba bajo la advocación de un San Pelayo. A fines del siglo XI, y siendo dicho monasterio de San Pelayo pieza importante del patrimonio de Arlanza, comenzó a figurar este santo como uno de los patronos del convento arlantino; quizás este hecho dio ocasión a la leyenda del monje Pelayo, superior del pobre convento de Arlanza al presentarse ante él el Conde Fernán González; el Poema trata este episodio de la caza del Conde y el encuentro con Pelayo.
Más allá de la leyenda, lo cierto es que sobre el espigón rocoso, puede verse una ermita dedicada a San Pelayo mientras se observa el majestuoso vuelo de los buitres leonados y escuchando el murmullo del agua que circula junto a estas espléndidas ruinas cubiertas de musgo.

1 comentario:

  1. Y la cueva existe, está en una ligera curva de la carretera. Va a dar a la parte inferior de la ermita. Está cerrada, pero si os enrolláis con el guarda-guía del monasterio, os deja la llave.

    Importante enclave natural. Bosques de carrascas y encinas por las laderas y en suelos muy pobres el auténtico sabinar.

    ¡Qué recuerdos!

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