sábado, 29 de septiembre de 2007

-Monasterio de San Salvador de Oña


El Monasterio de San Salvador de Oña es uno de los hitos de la historia de Castilla, y primer panteón real de Castilla.

Oña fue el lugar de asentamiento del más importante de los monasterios de Castilla: el de San Salvador, panteón de los últimos condes y de los primeros reyes castellanos y foco de
una intensa actividad religiosa y cultural.

El monasterio fue fundado en el año 1011 por el conde castellano Sancho García, nieto de Fernán González, para el retiro de su hija Trigidia.
Su yerno, Sancho III el Mayor de Navarra, se lo encomendó a los benedictinos, guiado por el abad Iñigo, un ermitaño de gran prestigio que será pronto estimado a pesar de no ser castellano. San Salvador de Oña fue uno de los cenobios con mayor número de monjes y una de las más ricas abadías españolas a lo largo de toda la Edad Media y Moderna.
En el siglo XIV dependían de él más de 150 iglesias y de trescientos pueblos, llegando a tener un dominio desde el Cantábrico hasta el Arlanza, y desde Huesca y Zaragoza hasta el Pisuerga. Su gran riqueza propició también el desarrollo artístico, llevándose a cabo, a lo largo de su historia, construcciones en todos los estilos, como el románico en la nave de su iglesia, el gótico en su cabecera y en su espectacular claustro, y extraordinarias muestras del arte renacentista y barroco.
Para acceder al interior de la iglesia hay que atravesar un pequeño vestíbulo románico, llamado “pórtico del Cid”, porque, según la tradición, fue en este lugar donde el Cid entregó a los monjes el cuerpo del rey Sancho II.
En su interior se encuentran los sepulcros del infante García, hijo de Alfonso VII el Emperador, de doña Munia o Mayor, hija mayor del conde Sancho García y esposa de Sancho III el Mayor, del propio Sancho el Mayor, el de Sancho II El Fuerte, el del conde Sancho García, fundador del monasterio, de su esposa doña Urraca, hija de los condes de La Bureba, del hijo de ambos, García, y de los infantes Alonso y Enrique, hijos de Sancho IV. En realidad, tras varias profanaciones, algunos de los sarcófagos están vacíos.

Muestra del gran potencial económico de la abadía es también el tabernáculo y cofre con los restos de San Íñigo, segundo abad del monasterio y personaje muy relevante en la España cristiana de la primera mitad del siglo XI. El claustro gótico de Oña es uno de los más bellos de su género en España.
Llama la atención el gran tamaño de la fachada principal del monasterio, de estilo renacentista (siglo XVII), flanqueada por dos torreones pertenecientes en parte a la antigua muralla medieval.

El Monasterio fué saqueado en 1367 por el “Príncipe Negro” cuando iba de regreso a los puertos del Cantábrico, perdiendo así gran parte de la riqueza que poseía.
Como monasterio benedictino se mantuvo hasta la Desamortización de 1836.
La Compañía de Jesús lo ocupó de 1880 a 1967, año en que lo adquirió la Diputación Provincial
de Burgos.

1 comentario:

  1. Puede que los franceses en la Guerra de la Independencia también hicieran alguna de lo suyas, fue cosas habitual, especialmente en sus retirada.

    Felicitar al creador del blog, algunos post son ciertamente interesantes, especialmente la recopilación de datos referentes a monumentos que tienen que ver con los orígenes de Castilla, me gusta ese tema, y ayuda a los foráneos a crearnos nuestras guías.

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