jueves, 29 de noviembre de 2007

-Yacimiento romano de San Martín de Losa.


En el año 1975 aparecieron en el término de Los Casarejos, en San Martín de Losa, los restos de lo que parece ser una antigua villa romana. El yacimiento corresponde a una villa de caracter rústico que se generalizaron en el mundo romano a partir del siglo III d. de C. debido a la crisis del Imperio.
Es un tipo de arquitectura privada con extensas residencias con amplias habitaciones decoradas con revestimientos musivarios. Los temas de inspiración helenística y muchos de ellos son el reflejo del florecimiento artístico de la época postconstantiniana. En este yacimiento, situado al lado de la carretera, se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas, las primeras de la segunda mitad de los setenta y más recientemente.
En el primer caso se saco a la luz una habitación con un espléndido mosaico, después se descubrieron nuevas dependencias, algunas con mosaicos, el atrio con peristilo y las termas de la villa con importante hipocaustum y mosaico.
El mosaico, de la habitación más noble de la casa que era el "oecus", es un cuadro de 8.6 mts. de lado y esta densamente decorado. En el centro dispone un tema cuadrado de 3,4 metros. de lado en tomo al cual se desarrolla una combinación de octógonos y cuadrados. El tema central, sobre dos cuadros concéntricos, presenta una compleja combinación de sogueado y trenzado. En las esquinas de este cuadrado aparecen dos crateras, un delfín y un salmón. Fuera del tema central hay 42 octógonos, mas o menos regulares, con una nutrida representación de temas geométricos entrelazados, nudos salomónicos dentados, pentas opuestas, cruces, vegetales, rosetas de flor de loto, cepas de vides, animales, delfines devorando peces, pollas de agua y anguilas. El tema del octógono es un motivo muy conocido y habitual en el mundo romano, tanto en Europa como en España, lo que nos permiten fechar nuestro yacimiento a finales del siglo IV y comienzos del siglo V.

martes, 27 de noviembre de 2007

-Convento Jurídico de Clunia.


Son los tiempos de dominación romana de nuestra antigua Hispania.

Augusto, emperador de Roma, establece la denominación de tres provincias; la Tarraconense, la Bética y la Lusitania. Dentro de éstas se crearon circunscripciones dentro de cada provincia con la denominación de "conuentus", que dependían de un gobernador. La capital del convento fue, y en ella tendría lugar, el "concilium conventus", que sería una asamblea consultiva en la que se reunirían los miembros de las distintas oligarquías ciudadanas.
La capitalidad de estos se elegía en función de las comunicaciones, el prestigio y el carácter financiero de la ciudad.


Dentro de la provincia Tarraconense, uno de los siete Conventos Jurídicos era Clunia Sulpicia, con 67 agrupaciones humanas, según el historiador Plinio.
Este, ocupó una extensión que ocupaba por el norte, la costa cantábrica desde Villaviciosa en Asturias hasta cerca de Roncesvalles; por el este, Logroño, montes de Oca, la Demanda y hasta el Moncayo, Medinacelli y Sigüenza; por el sur, Somosierra, Guadarrama hasta Segovia, y norte de Avila y por el oeste, Cauca (Coca) Valladolid y Pallantia. Este amplio territorio según Plinio incluye los grupos de los Várdulos, Turmódigos, Velienses, los Pelendones del grupo de los celtíberos como los Numantinos, los Vacceos, los Autrigones y del grupo de los Arévacos destacan: Uxama, Termes y la misma Clunia.

Los conventos desaparecerían con la reforma de época de Diocleciano cuando se segregaron las provincias Cartaginense y Gallecia de la Tarraconense, y con las invasiones barbaras..

-Armas celtíberas.


El armamento usado por los hispanos era simple y ligero, adecuado a su estilo de combate. En las contiendas, que entendían de forma peculiar, no se exponían frente al enemigo en grandes ejércitos, que tampoco poseían, sino que utilizaban el sistema de guerrillas, con gran movilidad, lanzándose al combate en tropel, saltando según su costumbre.

Con mayor frecuencia que las espadas, puñales o cualquier otro elemento bélico, en las fuentes clásicas se hace mención a las armas arrojadizas, lo que viene a indicar que eran las más utilizadas por los hispanos, hecho que está conforme con su sistema de lucha en guerrillas.

Como armas ofensivas usaban las siguientes:

-Espada.
La más comúnmente usada por las tribus celtiberas era la espada de antenas recta y corta. El puño tiende a ser redondeado, siendo el extremo superior del mismo de frontón o antenado, desde dos antenas diversificadas, hasta pequeños cuernos o bolas que aparecen en el inicio de la empuñadura. La ornamentación del puño es muy variada. Se conseguía por medio de placas de hueso, madera labrada, marfil o bien mediante repujado a base de hilos de plata, realizando, a veces, magníficos dibujos geométricos a base de círculos, espirales, meandros. Esta espada fue muy efectiva para la lucha cuerpo a cuerpo. Las vainas debían ser de cuero o madera, con los rebordes laterales de hierro, así como la parte superior. Frecuentemente llevaba una decoración semejante a la de la empuñadura.

- Puñal.
Diodoro (5, 33) dice: «se sirven también para el cuerpo a cuerpo de puñales con una longitud de nueve pulgadas». Fue usado en términos generales para rematar. Puede ser de hoja triangular muy ancha en la guarda de la empuñadura. O bien puede ser, y es éste el caso más frecuente, afalcatado. Los puñales afalcatados llevan el mango adornado con hueso, madera o bien en metal, o en algunos casos, como en las espadas, repujado con hilos de plata. A veces la vaina de las espada lleva adosado un puente en la parte alta para dejar hueco a la vaina del puñal.
- Lanza.
Fue muy utilizada por todos los pueblos hispanos. Las más frecuentes puntas de lanza tienen una nervadura central y cono de enmangue circular. La lanza está formada por tres partes, la punta de hierro, el asta de madera y el regatón o contera también de hierro, cuya
punta afilada permitía hincarla en tierra. Podía usarse en el combate cuerpo a cuerpo o ser lanzada como una jabalina.

-Falárica.
Es una arma arrojadiza, muy común en el armamento ibérico cuya
asta era de abeto y redonda en toda su extensión, excepto en el extremo,
donde se colocaba el hierro: éste, estaba rodeado de una estopa empapada en pez. El hierro era largo, de tres pies, para poder traspasar la armadura y el cuerpo. Pero aún en el caso de quedar clavado en el escudo y no penetrar en el cuerpo, llenaba de terror, pues como se lanzaba encendida la estopa y su carrera avivaba su llama, obligaba al soldado a despojarse de sus armas y exponerse indefenso a los golpes siguientes.

-Soliferreum.
Es una larga barra de hierro, engrosado en la parte
media, para empuñarla cómodamente. Uno de los extremos acaba en punta cónica, mientras que el otro acaba en punta de lanza, con pequeñas barbas en forma de anzuelo, lo que origina su nombre griego de «saunion» ganchudo.

- Flecha.
Las puntas de flecha, generalmente están hechas en hierro. Suelen tener un fuerte nervio central y aletas más o menos marcadas.

En cuanto a elementos defensivos, los hispanos no se protegían, en general, el cuerpo con piezas metálicas. La mayor parte solían emplear corazas de lino, aunque algunos utilizaban cotas de malla, y otros grandes discos, denominados faleras, que defendían pecho, espalda y hombros. A veces se protegían las piernas con perneras.
El énfasis de la defensa personal se cifraba en el escudo y en la pericia de su manejo. Entre las tribus hispanas se emplearon dos tipos de escudos: la «caetra», circular y cóncava, el más común, y el «scutum», oblongo, rectangular, que cubría las dos terceras partes del cuerpo.
Los cascos más usualmente utilizados eran los de cuero o tejidos de nervios. También, para proteger la nuca, peinaban el cabello con trenzas que recogían atrás. Algunos indígenas llevaban cascos de triple cresta.

El hierro con el que estaban fabricadas las armas hispanas era, en general, de excelente calidad. Polibio escribe que los celtíberos sobresalen en mucho entre los demás pueblos en la fabricación de espadas. Armas hispanas como la espada y el puñal fueron usadas por las legiones romanas, a causa de su eficacia. Pero si pudieron imitar la forma, nunca lograron alcanzar la calidad del hierro y la perfección de la factura.
Gracias a Diodoro (5, 33, 3-4) se conoce el modo de fabricar las espadas: «los celtíberos... tienen un modo muy particular de preparar las armas... meten bajo tierra las láminas de hierro y allí permanecen hasta que, con el tiempo, la parte débil del hierro se consume por la herrumbre
y se separa de la parte más dura; de ésta se sacan magníficas espadas y otros instrumentos guerreros. No hay espada, ni casco, ni hueso que resista a su golpe».
Para probarlas, agarraban con la derecha la empuñadura y con la otra mano la punta, colocaban luego la hoja transversal sobre la cabeza, tiraban luego para abajo de ambas extremidades hasta que se tocaban con los hombros y luego las soltaban. La hoja permanecía recta, aunque esta prueba se repitiera varias veces. Esta flexibilidad se debía a que el hierro era muy puro y estaba bien trabajado al fuego. Se forjaba en frío y no a martillazos, combinando la acción del fuego y del frío.






lunes, 26 de noviembre de 2007

-Frias.



En pleno valle del Ebro, sobre un peñasco de toba cercano a Los Obarenes se encuentra la
ciudad de Frías, de enorme interés geográfico, histórico y artístico. El nombre de esta ciudad ya hace referencia a sus condiciones climáticas, ya que desde antiguo se caracterizó por ser un lugar frío, aunque con claras ventajas estratégicas.
Frías surgió en el contexto de la Repoblación, ya que la ocupación de la margen derecha del
Ebro exigía contar con un nuevo emplazamiento estratégico de fácil defensa.
Aparece por primera vez citada en documentos del año 867. A la muerte de Sancho III, las luchas del siglo XI entre castellanos y navarros dejaron el poblado casi arruinado. De ese estado se repondrá lenta y trabajosamente a lo largo del siglo XII, para convertirse en una de las villas más dinámicas del territorio norteño burgalés. Alfonso VIII ratificará con el correspondiente fuero, otorgado en 1202, la importancia de Frías, consagrada como villa estratégica para el desarrollo económico de la comarca y para el transporte de mercancías desde la ciudad de Burgos al Cantábrico. Entre los grupos llegados a Frías al amparo de los privilegios alfonsinos se encontraban los judíos.
Durante la primera mitad del siglo XV, Juan II otorgó a la villa numerosos privilegios y en 1435
le concede el título de “ciudad”. Años después, en 1446, será donada a la poderosa familia de los
Velasco, condes de Haro, a cambio de Peñafiel. Los Velasco completan así su dominio en todo el
norte burgalés. En 1492, durante el reinado de Isabel la Católica, se crea el ducado de Frías a favor de D. Bernardino Fernández de Velasco y desaparece su judería. A partir de ese momento, la ciudad inicia su lento e inexorable declive, a pesar de algunos intentos puntuales de recuperación.
En 1728, Felipe V exime al valle de Tobalina de la jurisdicción de Frías. Los acontecimientos
históricos posteriores no sirvieron para revitalizarla. Frías estuvo en manos de los duques hasta que en el siglo XIX se suprimieron los señoríos.

Sobre un cerro desde el que se domina todo el territorio, se alza la inconfundible y bella
silueta de la población con su destacado castillo, situado en la parte más elevada. A sus pies se
sitúan las casas, apiñadas en torno a la calle mayor y a otras paralelas secundarias. La imagen de las casas colgadas sobre el precipicio, en la vertiente meridional del cerro, han contribuido a hacer de este pueblo uno de los lugares más pintorescos de Castilla. El caserío se adapta perfectamente a la abrupta pendiente del cerro; no en vano algunas de las casas tienen alguna de sus paredes interiores labradas en roca viva.
La estructura regular del conjunto viene marcada por las condiciones de adaptación y defensa. Dada su privilegiada ubicación, Frías no necesitó nunca construir una muralla continua; tan sólo se juzgó necesaria la defensa a lo largo de la calle del Mercado, entre la base de la torre principal del castillo y el final del peñasco. En este tramo se abrió la puerta de la Cadena, de la que aún hoy se conservan algunos restos.

Aún es reconocible en la trama urbana de Frías la antigua división en zonas o barrios,
surgidos en las distintas fases de poblamiento. La zona más antigua es La Muela, adaptada a la
forma alargada del cerro. En uno de sus extremos se sitúa el castillo, y en el otro, la iglesia de San Vicente. Otra zona se estructura en el lado oeste; es el barrio de San Juan y la antigua judería.
Parece que la parte más moderna es la actual entrada al pueblo, conocida como Barrio Castellano o de San Francisco, llamado así por encontrarse aquí emplazado el antiguo convento de los
franciscanos.
Todas las casas tienen una morfología tradicional, con entramado de madera y relleno de adobe o de piedra toba. Las calles son estrechas y angostas y las plazas sólo se abren en la parte alta.

Entre las riquezas artísticas de Frías hay que destacar la iglesia de San Vicente, que se
encuentra al lado del castillo. Siempre ha sido considerada como la principal de la ciudad. La traza primitiva fue románica, pero ha llegado hasta nosotros como una extraña mezcolanza de estilos y materiales. La portada románica fue vendida y actualmente se encuentra en el Museo de Claustros de Nueva York. Conserva tres naves góticas de igual altura y una pequeña cúpula en el centro. En el interior, lo más interesante es la capilla del Cristo de las Tentaciones, y sobre todo, la capilla de la Visitación, plateresca, en la que se conserva una bella imagen románico-gótica de la Virgen.
Igualmente son muy interesantes algunas pinturas renacentistas sobre tabla.
La iglesia de San Vitores es la segunda iglesia que aún queda en Frías de las cinco que
existían en época medieval. Esta construcción, del románico tardío, se levanta en una ladera. Tiene una única puerta orientada al Sur, que conserva todavía su estructura originaria y las arquivoltas apuntadas, que sugieren una construcción realizada ya en el siglo XIII.
Las construcciones religiosas de Frías se completan con el Convento de San Francisco y el
de Santa María de Vadillo, que tenía fundamentalmente carácter de hospital. El convento de San Francisco se situó inicialmente a orillas del Ebro, extramuros de la ciudad, como era habitual en la orden franciscana. En el siglo XIV se trasladó al lugar que ocupa hoy en día, a la entrada de la
ciudad.
Se mantienen algunos restos de su iglesia, hoy modificados y convertidos en viviendas. El convento de Santa María de Vadillo está situado en la margen derecha del río Molinar y también hoy ha sido convertido parcialmente en viviendas; su iglesia gótica fue abandonada.
Cada año, el domingo más próximo al 24 de junio, la ciudad celebra la fiesta del Capitán, una
de las más antiguas y originales del folklore español. Su origen se remonta a los levantamientos de la población de Frías en protesta por el cambio jurídico-institucional que supuso, a mediados del siglo XV, su segregación del realengo y su inclusión en el régimen solariego, bajo el señorío de los Velasco. También recuerda la liberación de las tropas napoleónicas. En vísperas del día de la fiesta se elige a quien representará al “capitán”, que es ataviado con un uniforme militar decimonónico. El capitán debe demostrar ante sus convecinos sus destrezas ondeando una bandera. Un grupo de danzantes, vestidos de blanco y con enaguas, acompañan al capitán en su recorrido por las calles de Frías, bailando al ritmo de la dulzaina, el tamboril y las castañuelas.

domingo, 25 de noviembre de 2007

-Yacimiento romano de Salinas de Rosío.

El yacimiento de Salinas de Rosío, situado en el término denominado Las Molleras. Fue excavado a comienzos de la década de los 70 por el profesor J. A. Abásolo. Situado a las orillas del río Salón, cuyo nombre nos está aludiendo a la sal que aquí se obtenía, ocupa una pequeña ladera al oeste del río.

Este yacimiento responde al aprovechamiento de un recurso natural como es la sal. de ahí su nombre, como ocurre en localidades próximas como Poza de la Sal, en la Bureba, Salinas de Añana, en Alava. Las excavaciones sacaron a la luz una habitación de 18,90 por 12,18 metros, dimensiones conservadas aunque debió ser más grande. Disponía de 14 columnas, cinco en los lados grandes y cuatro en los pequeños. Era. por lo tanto, una habitación muy grande probablemente un lugar público donde se realizaban operaciones comerciales de venta de la sal. Pero lo más importante es el MOSAICO en blanco y negro formado por teselas de unas dimensiones muy grandes pues son de 1,5/2,7 cms. de lado. Se asienta sobre un suelo lo de dos capas, una formada por cal y ladrillo y otra, la inferior, por calicostre y tierra prensada. Las teselas blancas y las negras (más bien habría que decir de azul oscuro) son de piedra caliza probablemente procedente de canteras de la zona: la piedra blanca de la cantera situada a 3 kms. al norte de la localidad de Salinas, mientras que la azul oscura de otra cantera de Návagos..

También hay alguna tesela de color rojo porque están hechas de cerámica. Es un mosaico muy sencillo formado por tres elementos decorativos básicos: un cuadrado central con un tema de un laberinto, alrededor dispone de un tema de damero y bordeándolo todo formando una cenefa, una gruesa greca.

Su cronología es la segunda mitad del siglo II d. de C. o inicios del III. Nos encontramos ante un yacimiento romano muy importante en las tierras de Las Merindades con una cronología temprana para la naturaleza de estas tierras pero que se entiende por el aprovechamiento de un recurso natural, la sal, que va a justificar la permanencia en el tiempo.

viernes, 23 de noviembre de 2007

-Museo de la Catedral.

Dentro de la Catedral de Burgos, las Capillas de San Juan Bautista y de Santiago son ahora el espacio museístico más importante de la catedral, donde se puede admirar su tesoro religiosocultural.
El primero de estos espacios fue erigido por el obispo don Juan Cabeza de Vaca a comienzos del siglo XV, pero su estructura actual responde al siglo XVI. En cuanto a la Capilla de Santiago, fue levantada por Juan de Vallejo en 1521 sobre una de las antiguas capillas de la cabecera, y lo preside un retablo tardobarroco dedicado a Santiago Apóstol, patrón de España.
En estas capillas se expone una rica colección de obras escultóricas, pictóricas y de orfebrería. Las pinturas son un interesante conjunto de obras de primitivos flamencos y de artistas hispanoflamencos como fray Alonso de Zamora. También se conservan tablas proto-renacentistas de comienzos del siglo XVI, pintadas por Alonso de Sedano y el maestro de Los Balbases. Asimismo, cabe destacar la tabla manierista de Pentecostés, de Pedro de Campaña, y algunos de los lienzos de finales del siglo XVI, como la Anunciación de Gregorio Martínez. Se pueden observar lienzos barrocos, destacando sobre todo los del pintor burgalés Mateo Cerezo. Entre las múltiples piezas de orfebrería, sobresalen los relicarios de fines del siglo XV de San Pedro, San Pablo y Santiago, atribuidos a Juan González de Frías, la cruz metropolitana, obra de Juan de Arce, y el impresionante conjunto de piezas de altar de la capilla del Condestable, en el que destacan el cáliz, el incensario y el bello portapaz borgoñón de comienzos del siglo XV.

jueves, 22 de noviembre de 2007

-Puentedey.


El zigzagueante curso del río Nela por las Montañas de Burgos conduce a Puentedey,
encrucijada de caminos enlazados por el impresionante puente natural sobre el que se asienta el pueblo.

El cauce del Nela, en su peregrinaje desde las cumbres cantábricas de su nacimiento hasta su desembocadura en el Ebro, conforma estrechos valles excavados en rocas blandas, que propician su encajamiento.
El río se interrumpe al llegar a las primeras casas de Puentedey y resurge más allá, inmediatamente antes del puente que enlaza los dos barrios de la aldea. El espectacular arco natural horadado por el Nela deslumbró desde antiguo a sus gentes, quienes no dudaron en atribuirlo a una obra divina.
Se trata de un puente natural esculpido en roca caliza de edad Turoniense (Cretácico Superior) por el que transcurre el río Nela a su paso por la población de Puentedey. El arco tiene su origen en una cavidad kárstica que persiste como relicto de un antiguo sistema de oquedades ubterráneas que la erosión ha dejado al descubierto. El volumen de la cavidad se ha incrementado desde que el Nela abandonara su meandro original y ocupara el actual trazado. Actualmente presenta un ojo de impresionantes dimensiones con 15 metros de alto, 34 de ancho y 75 de largo.
Este paraje de enorme belleza natural, fortificado por impresionantes paredes rocosas, cuenta, además, con un interesante conjunto urbano, compuesto por un buen elenco de construcciones de arquitectura popular, en las que destaca el balcón corrido o solana como elemento más notorio.

Entre sus monumentos principales hay que destacar la casa-palacio de los Porras, edificada a finales del s. XV, y la iglesia de San Pelayo, de origen románico. La Casa Palacio, está situada estratégicamente para una buena defensa en época de guerras medievales, aparece enraizado en el murallón de roca que envuelve el puente. Se construyó aproximadamente en el s.XV y con el paso del tiempo, ha sufrido varias modificaciones en su estructura original. Cuenta con un escudo nobiliario en cada torre, lo que nos lleva a pensar que posteriormente pertenecieron a familias diferentes o bien a reparto de herencias. La iglesia de San Pelayo conserva varios restos de estilo románico, destacando el tímpano de portada. Este tímpano representa la escena de un guerrero atacando a una serpiente, lectura que puede hacerse de la lucha entre el bien y el mal.
La llamada "Cueva del Santo" servía de Ayuntamiento y Registro Civil.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

-Orbaneja del Castillo.



Esta localidad es una de las más bellas de la provincia burgalesa. Colgada en una serie de
terrazas de toba en la margen izquierda del angosto Cañón del Ebro, se combinan en ella la vista de espectaculares parajes naturales y el sabor popular de sus construcciones.

En Orbaneja del Castillo convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. De la
presencia de estos últimos y su famosa aljama tan sólo queda el recuerdo en algunos nombres de calles. Este lugar fue elegido por los Caballeros Templarios para levantar el Convento y Hospital de San Albín, encargado de ofrecer albergue y protección a los peregrinos del Camino de Santiago. Se trataba de una ruta alternativa al denominado camino francés, que pasaba por San Martín de Elines y Santa María de Cervatos. Asimismo, los Reyes Católicos concedieron a esta distinguida aldea el título de Villa, por lo que sus habitantes quedaron exentos del pago de impuestos.
El pueblo se recorre pronto, y durante el invierno viven en él muy pocas personas. En ningún
momento el visitante puede abstraerse del ruido que provoca la cascada que nace en el mismo centro de la localidad, y que es protagonista indiscutible de la estructura urbana. Sus cristalinas aguas brotan en la base de la Cueva del Agua, caverna que se abre en el cantil rocoso que preside el pueblo, y que lo divide en dos partes: Villa y Puebla, condicionando por completo la vida de sus gentes. Por esta cueva, que forma parte del interesante complejo kárstico de Orbaneja, tienen su salida natural las aguas subterráneas provenientes de un enorme acuífero situado en el subsuelo del páramo de Bricia. El caudal de esta surgencia, de carácter permanente a lo largo del año, aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo, de tal manera que el recorrido de las aguas saltando desde los distintos niveles de terraza de toba, formados y recrecidos gracias a ellas, es un espectáculo único e indescriptible, sobre todo en primavera. En la actualidad, la cueva se visita con un guía y se puede caminar un buen trecho dentro de la misma. A pesar de que no lleva agua, se puede escuchar cómo el ruido del agua cercana retumba en las paredes. Antiguamente este caudal sirvió para mover las piedras de unos cinco molinos harineros distribuidos a la vera de la cueva, de los que todavía hoy se conservan restos. Sus aguas se precipitan unos 20 metros hacia el Ebro deshaciéndose en espuma sobre una poza de aguas cristalinas.
En este singular paraje se encuentra uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados y con mayor encanto de toda Castilla y León. Las casas son de evidente traza montañesa, como no podía ser de otro modo dada la proximidad geográfica de Cantabria. Las casas no son de mucha altura, pero su aspecto exterior se estiliza con las elegantes solanas de madera que se asoman a las viejas y estrechas calles del pueblo. Tan apiñadas están las casas, que parece que los balcones estuvieran suspendidos en el aire. El pueblo, en permanente cuesta, se ha edificado sobre unas cuantas terrazas estrechas de piedra toba. La abundancia de este material, singulariza la propia arquitectura popular, al ser utilizado profusamente en la edificación. Mientras el primer cuerpo de los edificios está construido en mampostería caliza, buscando un mejor aislamiento de la humedad, los pisos superiores presentan un aspecto más uniforme y cuidado debido a la utilización de la piedra toba, en forma de sillares. La porosidad y ligereza de esta piedra, junto a su facilidad para ser trabajada, la convierten en un material muy apropiado tanto para la construcción de muros como para el relleno de entramados de madera.

La estrechez del valle no deja lugar al terrazgo. Tan sólo algunas pequeñas huertas se sitúan
a la vera del Ebro. Tradicionalmente, los campos de cultivo se han localizado en un nivel superior al pueblo. Concretamente en la paramera circundante, único espacio abierto y llano susceptible de ser labrado a pesar de las limitaciones climáticas y edáficas. El lugar, conocido como las eras de Orbaneja del Castillo, cuenta con una serie de chozas de piedra. Estas construcciones, de planta circular o cuadrada, construidas en mampostería caliza y con falsas cubiertas abovedadas, constituyen uno de los más interesantes conjuntos de arquitectura popular de la provincia burgalesa.
Servían de granero y lugar de abrigo en el que poder resguardarse, en caso de tormenta.
Dentro del núcleo, el espacio de mayor amplitud corresponde a la boca de la Cueva del Agua,
por lo que, desde sus orígenes, el manantial ha ocupado en Orbaneja un lugar central y protagonista.
Sobre un espigón rocoso, al pie de la fuente, se sitúa una casa fuerte que pudo pertenecer a los
marqueses de Aguilar. Otros edificios singulares son la Casa de los Canes y la Casa de los Pobres. La primera recibe este nombre por haber reutilizado canecillos románicos en su decoración. La Casa de los Pobres, antiguo hospital en el siglo XVI, cuenta con soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba.

En cuanto a su organización interna, es uno de los ejemplos más primitivos de la comarca. Consta de una planta baja con cuadras y la superior con un amplio espacio de cocina sin campana, recocina y estancias de habitación.

Desde la original plaza, compartimentada por el cauce del manantial, se puede ascender por un empinado camino hasta alcanzar una cornisa natural desde la que admirar el grandioso paisaje del cañón del Ebro. Frente al apiñado caserío, la margen derecha del río aparece coronada por un descomunal conjunto de estructuras calcáreas naturales que, desde la lejanía, asemejan ruinas. Es uno de los ejemplos más espectaculares de modelado kárstico dentro del cañón. Efectivamente, el relieve ruiniforme resultante evoca formas fantásticas, que asemejan ruinas, retazos de un castillo inexistente que el imaginario colectivo ha perpetuado en el topónimo del pueblo.

viernes, 16 de noviembre de 2007

-Castillo de Haza.

Haza (o Aza) es una preciosa población situada en lo alto de un alargado cerro.
Esta población destaca como una impresionante ciudadela fortificada, apenas sombra de lo
que fue en el pasado. Resultó un fuerte bastión en el avance cristiano de comienzos del siglo X, en tiempos de Nuño Núñez, Gonzalo Téllez y Gonzalo Fernández, padre de Fernán González, y en la defensa del curso del Duero como frontera firme a lo largo de todo el resto del siglo, precisamente cuando los ataques de los ejércitos musulmanes de Córdoba contra los cristianos del norte fueron más furibundos.
En este cometido, la fortaleza de Haza formaba parte de un imponente rosario de fortificaciones de frontera, que se completaba con las de Gormaz, San Esteban de Gormaz, Osma, Clunia y Roa, todas ellas situadas en la línea defensiva del Duero.
El poblado definitivo, tal vez heredero de otro originario, se corresponde con el que podemos ver hoy, amurallado, que ya existiría en 1182 cuando se fundó el monasterio de Santa María de Aza.
Durante los siglos XII y XIII el pueblo estuvo sometido al señorío de la poderosa familia de los Lara, aunque, en el enrarecido ambiente de continuas disputas protagonizadas por los grupos nobiliarios castellanos en la Baja Edad Media, Haza pasó a formar parte del domino señorial de los condes de Miranda, tras el enlace de Doña Aldonza con Diego de Zúñiga.
La fortaleza presenta, en la actualidad, un notable deterioro.
El conjunto estuvo flanqueado por una gran torre poligonal en el ángulo de la iglesia, un cubo muy saliente en el sureste junto con una torre romboidal, y la torre del homenaje sobre una pronunciada pendiente en el ángulo del noreste. Se cree que la prominente torre cuadrangular es el elemento más arcaico, con función de atalaya, que podría datarse entre los siglos XII y XIII. El resto de la estructura, es decir, la muralla, los cubos semicirculares y cuadrangulares que reforzarían los lienzos y la parte superior de la torre, corresponderían al siglo XV.
La torre del homenaje se encuentra muy bien conservada, compuesta por tres plantas con escasas saeteras, lo cual da sensación de gran robustez. Para lograr una mayor eficacia defensiva, sólo se abrió una puerta junto a la torre del homenaje, hoy desaparecida y sustituida por una gran hendidura. Asimismo, contaba con una plaza de armas de la que queda aproximadamente la mitad.

-Hallan el fémur y la tibia de un gran dinosaurio en un yacimiento de Burgos.




Un fémur y una tibia de más de un metro de longitud pertenecientes a un gran dinosaurio se hallaron en el yacimiento de La Tejera, en el término municipal de Barbadillo del Mercado (Burgos) en el que se excava desde el pasado 31 de julio.
El director de las excavaciones, Fidel Torcida, ha explicado que se trata de piezas cuya existencia era conocida, puesto que una parte había quedado al descubierto como consecuencia de la erosión provocada por el agua.
Ésta fue la razón principal de que se decidiera este año actuar de forma urgente en este yacimiento, ya que de no hacerlo se podía poner en riesgo el patrimonio arqueológico que contiene.
Estas piezas recuperadas pueden pertenecer a un dinosaurio ornitópodo, de un gran tamaño, probablemente un iguanadóntido, explicó Torcida.
Agregó que los restos pertenecen a un dinosaurio herbívoro, de un gran tamaño, ya que el fémur mide 1,20 metros de longitud y la tibia 1,10; lo que hace pensar que podía pesar una cinco toneladas.
El director de las excavaciones recordó que en este mismo yacimiento hace varios años se recuperó una escápula de un iguanodón de hace unos 130 millones de años.
Además se han encontrados restos de otros animales, como dientes de cocodrilo y restos de tortugas.
Estos dos grandes huesos serán trasladados al Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes que próximamente será incluido en la red regional de museos.

Fidel Torcida recordó que a lo largo del mes de agosto y de forma escalonada se excavarán también otros yacimientos como El Peñascal, cerca de Salas de los Infantes, donde hace tres años aparecieron fósiles de un pequeño dinosaurio.
También esta previsto excavar el yacimiento de Vallazmorra, cerca de la localidad de Hortezuelos, que contiene restos fosilizados de una pata de dinosaurio de tamaño medio.
Para finales de septiembre y principios de octubre se acometerá la excavación del yacimiento Arroyo de la Vega, en la localidad de Rabanera del Pinar, que contiene vegetales fósiles de distintas especies contemporáneas a los dinosaurios.
En todos los casos se trata de actuaciones que se realizarán en pocos días de trabajo, ya que el objetivo es recuperar las piezas cuya existencia se conoce y que se encuentran cerca de la superficie.
Fidel Torcida recalcó además que el Colectivo Arqueológico de Salas de los Infantes continuará con los trabajos de restauración de las piezas de dinosaurios encontradas en campañas anteriores en los yacimientos de El Oterillo y el de Tenadas de los Vallejos.

jueves, 15 de noviembre de 2007

-Tierras de Lara.


El paisaje de la Jurisdicción de Lara aparece presidido por la Sierra de Peñalara y el Picón de Lara, relieves destacados situados a medio camino entre la Sierra de la Demanda y la Sierra de las Mamblas. Constituye un alargado y estrecho macizo calcáreo que, desde el punto de vista geomorfológico se corresponde con un sinclinal colgado. Los materiales que lo integran pertenecen al mesozoico, entre el Jurásico Inferior y el Cretácico Superior. Es fácil diferenciar visualmente tres zonas: la llamada meseta de Peñalara, La Muela y el llamativo Picón de Lara. Aquí, la presencia humana se retrotrae a los tiempos prehistóricos. Tanto en la meseta de Peñalara como en La Muela se conservan vestigios de importantes castros fortificados de la Edad del Hierro. Concretamente en Peñalara, los numerosos y representativos materiales encontrados alcanzan los 2.500 años de antigüedad.

En los cantiles rocosos habita una abundante población de aves rapaces, entre las que se encuentran buitres leonados, águilas, búhos reales, alimoches y halcones peregrinos.

El Picón de Lara, es un llamativo promontorio rocoso en cuya cima aún se conservan los restos del legendario castillo de Lara. Las escasas ruinas, no permiten imaginar la importancia estratégica de esta fortaleza en la historia de Castilla. Según la tradición, entre sus muros nació el conde Fernán González, en torno al año 905. Esta construcción debió ser fundada años antes por su padre, Gonzalo Fernández, teniendo un papel destacado en el avance repoblador cristiano.
Posteriormente, será su hijo el que logrará aglutinar en torno a su persona un vasto territorio que incluirá, entre otras, las tierras de Lara. La fortaleza se convertirá entonces en la capital de este importante y extenso alfoz.

Al sur de la Sierra de Peñalara se encuentra uno de los enclaves naturales más interesantes de la comarca de Lara. Se trata del desfiladero del río de los Valles, un corto recorrido de apenas 10 kilómetros, abierto en las calizas cretácicas. Un valioso sabinar cubre las vertientes creando un paisaje siempre verde, a pesar de la aridez del suelo rocoso en el que se desarrolla esta especie adaptada a la austeridad de unas condiciones naturales bastante desfavorables. La única forma de acceder a este hermoso espacio es caminando a través de un antiguo camino carretero.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

-Semana de la Ciencia en Burgos y Salas de los Infantes.


La VII edición de la Semana de la Ciencia y la Tecnología comenzará hoy y se prolongará hasta el domingo 18 de noviembre, con la organización de diversas actividades en Burgos y en Salas de los Infantes orientadas a explicar diferentes aspectos relacionados con los dinosaurios, como su forma de vida y las razones de su extinción.

De esta forma, la Fundación Dinosaurios y la Universidad de Burgos (UBU) mostrarán entre hoy y el día 18 de este mes una exposición sobre los dinosaurios más característicos de la provincia burgalesa situada en la carpa situada en la Plaza San Juan en Burgos.
Bajo el título ´Los Dinosaurios en la Provincia´, esta muestra intenta acercar a los burgaleses, de manera sintetizada, los aspectos de la biología, anatomía, fisiología y etología de los dinosaurios burgaleses, aparte de acercar la paleontología de campo al público.
Con este mismo fin se desarrollarán además dos talleres didácticos sobre Paleontología de Dinosaurios, en la Carpa de la UBU: el viernes 16, ´Identificación de fósiles marinos´, y el día siguiente otro sobre ´Excavación Simulada´.


Asimismo, durante toda la semana se podrá conocer cómo ha cambiado la imagen de los dinosaurios a lo largo de la historia a través de las láminas del británico John Sibbick y de otros ilustradores en una muestra ubicada en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes bajo el nombre ´Dibujando Dinosaurios´.

Además, todas las tardes, de martes a sábado de 17.30 a 18.30 horas y el domingo de 13.00 a 14.00, habrá visitas guiadas a este museo, previa inscripción y con entrada gratuita.
Finalmente, el Museo de los Dinosaurios organizará el taller de laboratorio ´Identificación de Fósiles Marinos´, dirigido a niños de 8 a 12 años y que tendrá lugar el sábado, día 17, de 11.00 a 13.00 horas y el taller de Icnitas: ´Crea tu propio yacimiento de huellas´, que se realizará un día después con el mismo horario pero pensado para niños de 6 a 11 años.

-Conclusiones de la Cátedra Atapuerca.

Burgos cerró el segundo Seminario Internacional de la Cátedra Atapuerca Paleoecología humana: nuevos avances con las dudas del codirector del proyecto Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, sobre el lugar de origen del género humano.
La teoría incontestada hasta ahora de que el Homo sapiens había salido de África se debilita ante la posibilidad de que el hombre haya nacido en Asia. La mandíbula encontrada en Atapuerca en el 2003 ligó al Homo antecessor con otros homínidos localizados en yacimientos chinos, pero, sobre todo, en el de Dmanisi, en Georgia.

Este yacimiento, cuyo director, David Lordkipanidze, participó en el seminario, ha proporcionado fósiles que ponen en duda la teoría más aceptada sobre el origen africano de la humanidad.
Algunos investigadores como María Martinón-Torres o Robin Dennell creen que se debe estudiar la posibilidad de que el primer Homo surgiese en Asia y desde allí poblase Europa e incluso África.
En el seminario también se habló de la vida diaria de los antepasados de los humanos. Mary Stiner, de la Universidad de Arizona (EEUU), aportó nuevos datos en este sentido. Ya se sabía que los ancestros humanos eran capaces de organizarse para cazar grandes animales hace unos 200.000 años, pero Stiner cuenta que gracias a evidencias obtenidas en yacimientos de Turquía e Israel esta fecha puede retrasarse a 400.000 años antes que hoy.
Los individuos que vivieron en aquella época sólo utilizaban armas simples, pero aún así hacían frente a especímenes de gran tamaño. Los comportamientos sofisticados de los homínidos estudiados por Stiner no sólo se refieren a la caza, sino también a la manera de gestionar las presas.
Eran capaces de posponer el disfrute del premio logrado y trasportar grandes cantidades de carne largas distancias para llevarlas hasta su campamento base, su cueva, y compartirlas con el resto del grupo.
Gracias a las marcas de herramientas dejadas en los huesos al cortar la carne, se ha podido descubrir que, una vez allí, tenían una curiosa manera de distribuir la comida.
Aunque en principio se podría esperar que uno o dos individuos monopolizasen la carne y luego la distribuyesen al resto, en los fósiles se han encontrado indicios de lo que podían ser cenas comunales. “Si la pieza sólo la hubiese cortado un individuo se podría esperar que los cortes fuesen paralelos y sin embargo éstos van en todas las direcciones”, señaló Stiner.
En su opinión, este comportamiento podría ser un indicio de que, pese a que las relaciones jerárquicas debieron existir, como sucede con todos los grupos de primates, también había un sistema de equilibrios entre dominio e igualdad que podría ofrecer beneficios para la colaboración de todo el grupo.
Durante la charla de ayer en Burgos, Lordkipanidze apuntó asimismo a aspectos que pueden engarzarse con la realidad presente. “Debemos estudiar cómo han impactado los cambios climáticos en las transformaciones sociales”, afirmó.
Tres días antes, también en el foro organizado por la Cátedra Atapuerca, el investigador de la Universidad Rovira y Virgili Jordi Agustí habló de la posibilidad de que las primeras migraciones fuera de África hubiesen estado motivadas por el clima, al comenzar los bosques de ese continente a convertirse progresivamente en zona de sabana.
En la conclusión del seminario, que corrió a cargo del codirector de Atapuerca Eudald Carbonell, se trató de explicar el nexo de estos descubrimientos con el hombre de hoy. “Todo este esfuerzo científico va dirigido a servir a la sociedad con el conocimiento, a proporcionar información útil para la especie sapiens”, concluyó.

sábado, 10 de noviembre de 2007

-La Escalera Dorada.



La obra fue encargada en 1519 por el cabildo de la catedral y el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, quienes la costeraron. Obra de Diego de Siloé inspirada en el renacimiento italiano, está esculpida con una gran riqueza iconográfica basada en los grabados de Nicoletto Rosex da Modena, Agostino de Musi, fray Antonio de Monza, Giovanni da Brescia y Agostino Veneziano. Los antepechos de hierro sobredorado (1523-1526) son del maestro francés Hilario. La escalera comunicaba la puerta de la Coronería con la catedral, salvando un desnivel de casi ocho metros. El arquitecto Charles Garnier se inspiró en ella para la gran escalera de la Ópera de París.
Actualmente la puerta de la Coronería está permanentemente cerrada y la escalera ha perdido su uso para el tránsito público. Sólo se utiliza para instalar en ella la custodia con el Santísimo Sacramento en Semana Santa (Jueves y Viernes Santo).

-Monasterio de San Juan de Ortega.

El monasterio y el pueblo de San Juan de Ortega emergen a la historia en el segundo decenio del siglo XII, cuando el noble castellano Juan de Quintanaortuño, nacido en Quintanaortuño en 1080, decide retirarse a la soledad en la espesura de los Montes de Oca.


En años anteriores, Juan había colaborado con Santo Domingo de la Calzada en la construcción y reparación de puentes por la Rioja y había peregrinado a Tierra Santa, de donde regresó, en el año 1114, cargado de reliquias de santos y con la promesa de construir una capilla en honor de San Nicolás de Bari.


Atribuía a la intercesión de este santo el milagro de haber salvado el barco en el que viajaba de un hundimiento seguro en medio de una feroz tormenta. La capilla de San Nicolás representaría el comienzo de las obras de San Juan de Ortega. Debido al auge de las peregrinaciones, levantó junto a la capilla un pequeño albergue para los peregrinos. Muerto Juan de Quintanaortuño esta casa alcanzo una enorme fama en el Camino de Santiago, como lugar de custodia de sus reliquias.

El 24 de abril de 1138, el Papa Inocencio II tomó bajo su protección el nuevo monasterio, regido por canónigos regulares que vivían bajo la Regla de San Agustín. Años más tarde, el 27 de julio de 1170 Alfonso VIII lo donó a la catedral de Burgos, que se convirtió en propietaria del monasterio. Tras años de litigios entre el cenobio y la catedral, en 1222 llegaron ambas partes a un acuerdo sobre la jurisdicción del obispo en los asuntos del monasterio.
La comunidad religiosa de Canónigos Regulares de la orden de San Agustín, entró en decadencia en el siglo XV, siendo sustituida por la orden de los Jerónimos, que permanecieron en el mismo hasta la desamortización de Mendizábal.
Tomaron posesión del monasterio en marzo de 1432. Al año siguiente, San Juan de Ortega se erigió como monasterio jerónimo independiente, hecho confirmado por Eugenio IV el 27 de junio de 1441. Se inició entonces una etapa de prosperidad, favorecida especialmente por el mecenazgo de Pablo de Santamaría y su hijo Alonso de Cartagena (obispos de Burgos), y el de Juan de Ortega, provisor de Villafranca y futuro obispo de Almería. En los siglos posteriores, el monasterio también recibió la ayuda de importantes familias nobiliarias (Rojas y Avellaneda, entre otras).
Tras la desamortización de 1835 fue vendido. Se inició así la ruina del conjunto. En 1931 fue declarado monumento nacional y, en 1962, el cabildo metropolitano de Burgos asumió el patronato del monasterio. Comenzó a partir de entonces su restauración.

La iglesia de San Juan de Ortega es sustancialmente un templo románico. Construido en el último tercio del siglo XII hasta el crucero, fue ampliado, a mediados del XV, con un tramo de naves.
En el ábside septentrional se representan las escenas de la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento y el Anuncio a los pastores. Sobre él tiene lugar el famoso “Milagro de la luz”, que sucede en los equinoccios, 21 de marzo y 22 de septiembre, cuando un rayo de sol poniente penetra por una ventana e incide directamente en el mismo, iluminando durante unos cinco minutos las escenas esculpidas.
En el centro de la iglesia se encuentra un baldaquino, bajo el cual está la cripta que desde 1966 contiene el sarcófago con los restos de San Juan de Ortega. El baldaquino es una obra realizada en el siglo XV por iniciativa de los Fernández de Velasco.
El “Claustrillo”, como se llama al claustro menor del conjunto monástico, es un pequeño patio porticado de finales del siglo XV o principios del XVI, que funciona hoy en día como albergue de peregrinos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

-Cimborrio del crucero



Hacia 1460-1470 Juan de Colonia levantó un cimborrio en el crucero de la catedral. El 4 de marzo de 1539 esta obra se hundió al ceder sus pilares del lado norte y arrastró consigo varias bóvedas. Se encargó su reconstrucción a Juan de Vallejo, quien reforzó los pilares y conservó el perfil gótico de la obra, de planta (compuesta por dos cuerpos de ventanales, bóveda estrellada calada y coronamiento exterior de agujas) pero lo revistió de una profusa decoración renacentista.


Entre otros escultores, colaboraron en la obra Juan Picard y Pero Andrés.
En el interior, justo en el crucero, bajo la bóveda estrellada del cimborrio, se encuentra desde 1921 el sepulcro del Cid Campeador y su esposa Jimena.

jueves, 8 de noviembre de 2007

-Primeros reyes cántabro-astures.



El primer documento castellano que ha llegado a nosotros, es un diploma de 24 de abril de 759, que hace referencia a la fundación del monasterio de San Miguel de Pedroso, cercano a Belorado. A este acto a orillas del río Tirón, acude el rey Fruela I, hijo de Alfonso I, junto con el obispo Valentín, prelado de Oca, y la fundadora del monasterio, la abadesa Nuña Bella. Se trata de una ceremonia inaugural y la consiguiente profesión monástica de 28 religiosas. Fruela I reinaría desde el año 757 hasta el 768.
En la primavera de 791, bajo el reinado del emir Hisham I, hijo de Abd al Rahman I, éste envía dos ejércitos contra el reino cántabro-astur de Vermudo II. Uno de éstos ejércitos comandado por Abu Utman Ubayd Allah avanza desde Córdoba por Toledo, Zaragoza y aguas arriba del Ebro hasta la marca oriental del territorio cristiano formado por Alava y al-Qila (Los Castillos). Este ejército, según las crónicas árabes, aplastó toda resistencia en los montes y valles, cortando hasta 9.000 cabezas cristianas.
Se repite aceifa al año siguiente, ya al mando de otro comandante, reinando ya Alfonso II, llamado el Casto, en el reino cántabro-astur. Sendos ataques se repetirán en 794, 795 y 796 hasta la muerte de Hisham I el 21 de abril de 796. Durante éstos años los cristianos retroceden para refugiarse tras los Montes Obarenes, y los páramos de Masa y la Lora, construyendo fortificaciones para defenderse de las futuras incursiones musulmanas.

Tras las guerras civiles que tuvo que afrontar el siguiente emir Al Hakam I en sus primeros años de reinado, en 801 envía un ejército bajo el mando de su hermano Muawiya contra las tierras alavesas y de los Castillos, siendo derrotados estrepitosamente por las fuerzas cristianas.
En el 803 se produciría la última expedición importante de Al Hakam I contra la futura comarca castellana, ya que parece que durante casi 20 años no se tienen noticias de otras aceifas contra las tierras orientales del reino de Alfonso II.

Durante el reinado de Abd al Rahman II, sucesor de Al Hakam I, la región llamada Los Castillos, por las fuentes árabes, o Bardulias por las fuentes cristianas, tuvo que sufrir los más duros y terribles ataques. Así, en 823 y 826, incursiones musulmanas destruyen cosechas y hacen botín. En 838 penetran hasta el valle de Sotoscueva, y en 839 se sufre un doble ataque desde Córdoba y Zaragoza, consiguiendo resistir la embestida con notables bajas.
Alfonso II disfrutará de cierta paz en los dos últimos años de su reinado, ya que el emir de Córdoba se centró más en aceifas contra Cataluña y Narbona.
El rey “Casto”, después de 52 años de reinado, desde 792 hasta 843, fallecería en marzo de 843, consiguiendo mantener la integridad territorial y el bastión defensivo frente a las aceifas musulmanas. Consiguió consolidar su reino desde Gallaecia hasta las tierras alavesas, y durante su reinado comenzó el incipiente movimiento foramontano desde las montañas cántabras para reforzar las defensas del territorio del norte de Burgos.
Con éste rey quedará extinguida la línea procedente de Pelayo, quedando vinculada a partir de entonces a la línea sucesoria del duque Pedro de Cantabria.

Ramiro I será su sucesor, debiendo antes subyugar la rebelión de Nepociano, cuñado de Alfonso II, que quiso apoderarse del trono ante la ausencia de Ramiro. Durante los siete años de su reinado, solo nos consta un ataque contra el territorio castellano en el año 850.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

-Estructura interna de la Catedral de Burgos


La catedral de burgos consta de tres naves y gran número de capillas, claustros y salas anejas.
Al igual que en casi todas las catedrales españolas, la nave central está divida y cerrada por una gran verja, quedando dividida en tres partes, el Altar Mayor, el Coro y el Crucero.

El crucero mide 59 metros de largo y 26 de ancho, la longitud de la nave central, incluida la capilla del Condestable es de 106 metros. Son numerosas las esculturas a lo largo de toda la catedral, así como los forjados y tumbas que alberga el templo todo lo cual debería tener dedicado un apartado especial.

Todo el templo catedralicio es un conjunto evocador histórico del pasado burgalés, enmarcado en diversidades artísticas de todo tipo. Merecen mención especial, el retablo renacentista de la capilla mayor, el sepulcro del Obispo Mauricio, las sillas labradas del coro, el Cristo de burgos, el cofre del Cid, la tumba del Cid y su esposa Doña Jimena, el Museo instalado en el claustro, el sepulcro románico de Mudarra, el hermanastro vengador de la muerte de los siete infantes de Lara, la carta de arras del Cid, una Biblia del siglo IX... la enumeración de hitos artísticos e históricos sería interminable.

Las capillas son muy numerosas y con gran calidad artística, estas son, a saber: del Santo Cristo, de la Presentación, San Juan de Sahagún, de la Visitación, Sacristía Nueva, de Santiago, de la Concepción, Santa Tecla.... y merece sitio a parte en esta breve muestra de la catedral, la Capilla de los Condestables de Castilla.

domingo, 4 de noviembre de 2007

-Mosaicos romanos de Cardeñajimeno.

Descubierta en 1975 y construida posiblemente en el siglo IV d.c. la villa romana de Cardeñajimeno posee cinco mosaicos figurados y geométricos que constituyen un grupo realmente significativo del período tardío, que encaja dentro de la producción regional de mosaicos de la parte norte de la provincia tarraconnensis.








El mosaico figurado, de esquema octogonal, que adorna la sala de recepción -oecus o triclino- presenta dos cenefas, un roleo "poblado" y varias escenas de cacería. En el centro, la imagen de Meleagro ofreciendo a Atalanta el trofeo de jabalí de Calidon, en presencia de un joven cazador.








La estructura de la habitación, de unos 15 metros cuadrados, costaba de un acceso por uno de los lados mayores del rectángulo y la lectura del mosaico estaba prevista desde la entrada.
El mal estado de conservación del mosaico, casi destruido en el centro, impide conocer algunos detalles de la composición.
Tres personajes, dos masculinos y uno femenino central.
A la derecha hay un hombre joven, desnudo, con el manto levemente sujeto sobre su hombro derecho. Se adivina a su izquierda la parte superior de un caballo, representado de perfil, marchando hacia la derecha.
El personaje masculino vuelve su cabeza y brazo derecho hacia la figura femenina. La mujer, vestida, lleva la cabeza tocada por un bonete cónico, un estilizado sombrero aetolio. El servidor que la flanquea porta un venabulum sobre el hombro izquierdo. A sus pies se distingue la representación de una galga, y debajo del primer cazador la parte anterior de un jabalí abatido

Este mosaico refleja la ideología de valores - la fuerza y el valor- propios de los ricos latifundistas de finales de la antigüedad

sábado, 3 de noviembre de 2007

-Recreación de la Batalla de Gamonal.


El 10 de noviembre de 1808 tuvo lugar la Batalla de Gamonal, denominada también Batalla de Burgos, uno de los grandes combates fruto del levantamiento popular español frente a las tropas napoleónicas que comenzó el dos de mayo en Madrid y que posteriormente se extendió a toda España, también a Burgos.
La Asociación de Comerciantes Zona G se ha propuesto recuperar esta cita histórica y que pase a formar parte de las fiestas locales de la ciudad de Burgos, como el Curpillos. Cristina Gaona, la presidenta de la Asociación, explica su propósito de recuperarla para la memoria de los burgaleses, para que sea transmitida de generación en generación como se merece. Además, el año que viene se celebrará el segundo centenario de la Batalla de Gamonal. Para ello han preparado una rica programación cultural que comenzará con una conferencia en la que profesores de la Universidad explicarán la batalla y sus consecuencias.

El próximo sábado 10 de noviembre será el día grande ya que es la fecha en la que se produjo el enfrentamiento. La jornada empezará con la recepción de autoridades a la que invitan a todos los burgaleses porque será, aseguran, muy especial. Al mediodía celebrarán una Misa Mayor cantada por la Coral Pintor Luis Saez en la Real y Antigua de Gamonal. A continuación, homenaje a los caídos y desfile militar hasta el Parque Buenavista donde tendrán lugar recreaciones de la instrucción, movimientos de armas y fusilería en las que los soldados portarán banderas y uniformes de la época. Una cita llamativa por su espectacularidad y su carácter histórico.

El día terminará con una retreta nocturna, llamamiento a los soldados para un combate inmediato, que partirá de los aledaños de la Cartuja de Miraflores para llegar hasta orillas del Río Arlanzón donde se recreará el histórico combate. La Asociación de Comerciantes Zona G trabajará por conseguir que la ciudad de Burgos celebre cada año la conmemoración de esta batalla en la que murieron muchos burgaleses.
Fuente: Diario de Burgos

viernes, 2 de noviembre de 2007

-Las invasiones bárbaras.


En el año 409 penetran tumultuosamente por la calzada Burdeos- Astorga los suevos y los vándalos asdingos procedentes de los pasos pirenaicos, hacia la Gallaecia y la Lusitania. No fue difícil para estas tribus diseminarse por el territorio en pocos meses, rapiñando y asolando asentamientos a su paso, estableciendo la capital de su reino en la antigua metrópoli romana Brácara Augusta, la futura Braga portuguesa.
Este pueblo germánico provenía de los territorios situados entre el Rhin, el Danubio y el Elba.
Poco después se producirá también la entrada de los godos, expulsados de las Galias por los romanos, estableciendo su capital en Toledo. Los recién llegados, contando mujeres y niños se calcula de 150.000 a 200.000, cuando en la península había unos 5.000.000 de hispano-romanos. Los godos asumen el poder político, pero se fusionan a los hispanos en los aspectos cultural, artístico y social.

En el 416 el rey visigodo Walia pacta con los romanos una guerra total para expulsar a los enemigos de Roma en Hispania. Comenzaban dos años de combates, avances y retrocesos por ambas partes, en lo que los visigodos llevaban las de ganar. Vándalos y alanos fueron sometidos o expulsados de sus territorios, mientras se firmaban pactos con los suevos.

Debido a las alianzas de los suevos con los guerrilleros bagaudas, el ejército visigodo de Teodorico II marchará por la vía Aquitana hacia territorio suevo. Los suevos se replegaron ante el empuje visigodo y se prepararon para un combate decisivo en las riberas del río Órbigo, a unos 20 kilómetros de la actual Astorga. En aquellos páramos se midieron las dos fuerzas el 5 de octubre del 456. Tras un brutal combate con centenares de bajas a un lado y otro, los suevos se retiraron en desbandada.
Lentamente se produce el asentamiento visigodo en la península.

Con la caida del imperio se produce una cierta independencia de los habitantes de las montañas del norte y la recuperación de las costumbres de las poblaciones autóctonas prerromanas. Mediado el siglo VI no quedan signos de romanización ni de cristianismo organizado. Por ese motivo entra en contacto con ellos San Millán de la Cogolla, recriminando su "actitud y su estilo de vida, como son la rapiña, el botín, la violencia intestina, un paganismo vigoroso y unas practicas sociales deplorables." Asimismo se produce el retorno a los antiguos castros, más seguros ante los invasores germanos.



En el 574 Leovigildo toma la ciudad de Amaya a los cántabros, fortificándola y haciendo de ella un importante enclave visigodo para el control de futuras revueltas. Parece ser que lo que quería el rey godo era mantener una cierta unidad de la península y también crear una barrera defensiva para frenar las posibles incursiones de los montañeses sobre las tierras del norte del Duero, lugar donde se habían asentado preferentemente la gran masa de campesinos visigodos.


De hecho Amaya se convierte después en una de las capitales de los ocho ducados visigodos, donde aparecerá más tarde la figura del duque Pedro de Cantabria, importante personaje en la historia del inicio de la reconquista junto a Pelayo.

-Yacimiento romano de Ciella en Valdeande.



En el municipio de Valdeande, situado en el Norte de La Ribera del Duero, han sido
localizados diferentes vestigios de época romana. En este territorio, atravesado por una de las vías que comunicaba la ciudad romana de Clunia con el valle del Arlanza, aprovechando la vega del río Esgueva, se asentó una mansión romana de carácter rural conocida como Villa de Ciella.

Su origen data del siglo I d.C., momento en el que se levantaron los primeros edificios. Posteriormente, se produjo un desarrollo constructivo y la villa ganó en amplitud y suntuosidad. Prueba de ello son los mosaicos y pinturas en suelos y paredes, y la ampliación de la mansión hacia el sur, siendo necesaria la construcción de una red de drenaje, de cuyo sistema de conducción de aguas se han encontrado restos en terracota. Finalmente, en el siglo V d. C., parece que algunas dependencias fueron compartimentadas, posiblemente debido al aumento del número de habitantes de la casa. Pero al poco tiempo, en el contexto de gran inestabilidad que acompañó a la decrepitud y caída del Imperio Romano, el lugar fue abandonado. Se sabe que en esta centuria la Villa se quemó, porque en la excavación se encontraron bolsas de ceniza, vigas calcinadas y el tejado derrumbado.
En 1989, la construcción de un camino de concentración permitió efectuar una excavación de
tipo arqueológico en Ciella. Importantes hallazgos, como el mosaico del hipocampo, fueron sacados a la luz. Posteriormente, mediante una prospección geofísica, se pudo definir con más precisión la delimitación espacial del yacimiento.

El valor histórico y estratégico del emplazamiento se puso de manifiesto al hallar también restos de un monasterio medieval conocido como Santa Marina de Cela, del cual únicamente se conservan las tumbas de dos monjes talladas en la roca y fechadas en torno a los siglo X-XII.

El conocimiento de estas evidencias arqueológicas condujo al Ayuntamiento de Valdeande a considerarlo zona de protección, en 1994. Un año después, fue declarado BIC, con categoría de Zona Arqueológica. Sin embargo, la falta de recursos ha provocado que hoy el yacimiento se encuentre de nuevo tapado, por lo que el visitante sólo puede obtener una idea aproximada de él a través del Aula Arqueológica instalada en el edificio de las antiguas escuelas de la
localidad de Valdeande.
El Aula Arqueológica de Ciella consta de dos partes. En la primera, se ofrece una información general tanto del yacimiento como del entorno geográfico en el que se asienta y del periodo histórico en el que se enmarca. Se utilizan, para ello, recursos didácticos del tipo de paneles
explicativos, maquetas y una presentación audiovisual, a través de la cual se efectúa una visita virtual a la vivienda romana de Ciella, cuyas dependencias se recorren de la mano de uno de sus antiguos propietarios, Cayo Cautenico, cuya lápida funeraria se ha conservado y permanece en el Aula.

La segunda zona muestra una recreación a escala real de algunas de las habitaciones de la mansión romana de Ciella, como son la cocina, el larario- dedicado al culto de las divinidades domésticas-, el comedor o triclinium y el peristilo, patio columnado con una apertura en el techo para recoger el agua de lluvia.

Asimismo, la villa aportó materiales arqueológicos de muy diferente tipología, mostrados en el Aula, tales como una basa de columna toscana, una pieza de moler y una pila romana, tégulas, imbrex (teja curva) y toda una colección de monedas desde el emperador Tiberio (14-37) hasta el tardío Honorio (395-423).

Asimismo, hay diferentes tipos de cerámica: pintada de Clunia, con pájaros y liebres; cerámica común de mesa (cuencos, ollas, ánforas, cántaros...) y también terra sigillata hispánica decorada con figuras de corzos y serpientes, además de platos, puntas de flecha, pies y cerámica con baquetones. Otros objetos de valor son las tesselas originales de los mosaicos, ungüentarios, pesas de telar, dados y distintos elementos de adorno.