sábado, 15 de diciembre de 2007

-El Castillo de Monasterio de Rodilla.


Monasterio de Rodilla fue uno de los núcleos más antiguos e importantes de La Bureba.
Tierra de paso desde época romana, Monasterio era atravesado por la calzada que, procedente de Astorga, conducía a la Aquitania. La posición estratégica, no sólo del castillo, sino también del pueblo, es indiscutible. Desde este pueblo se controla la subida a La Brújula y los caminos que van a Sotopalacios y a Poza de la Sal.
Desde que el castillo apareciera citado por primera vez en un documento del año 1011, sus dueños y señores han sido numerosos. Incorporado a Navarra al morir Sancho III el Mayor y reintegrado al reino castellano tras la batalla de Atapuerca (1054), formó parte, a finales del siglo XIV, del patrimonio de los Velasco, familia que contaba con numerosas propiedades en toda la comarca.
Tal vez su importancia estratégica motivara la continua compra-venta que sufrió la fortaleza, sobre todo desde el siglo XIV.

Monasterio de Rodilla estuvo tradicionalmente separado en dos barrios, que gozaban de numerosos privilegios. Las ruinas del castillo se hacen visibles en el que se denominó “Barrio de Arriba”, en lo alto de una peña, a 1062 metros sobre el nivel del mar, sobre la ermita de Nuestra Señora del Valle. Lo que hoy puede contemplarse no es más que una parte de lo que, sin duda, fue una importante fortaleza. Tan sólo una torre, que bien podría ser la del homenaje, y trozos de muro en el lado sur, ayudan a reconstruir mentalmente el castillo. La torre es irregular, por estar adaptada a la roca. Los vestigios de algunos cimientos indican que la fortaleza tenía una gran extensión.
Las vistas compensan la subida al castillo, pues desde allí se otea toda la zona meridional de
La Bureba.

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