viernes, 4 de enero de 2008

-Iglesia de San Nicolás de Bari.


La iglesia de San Nicolás de Bari, situada encima de la catedral, es un edifico de traza gótica –reconstruido en el siglo XV sobre una primitiva iglesia románica fechada en el año 1163– y con portada renacentista. San Nicolás es un magnífico exponente del gótico tardío en la ciudad de Burgos.

La iglesia de San Nicolás se localiza en un emplazamiento privilegiado, en pleno itinerario
urbano del Camino de Santiago y dominando, desde la elevada calle de Fernán González, la recoleta Plaza de Santa María, abierta a la Catedral.

Sobre la primitiva iglesia románica se comenzó a construir el actual templo en el año 1408 gracias a las aportaciones del obispo Juan Cabeza de Vaca, pero la sorprendente riqueza de su interior se debe al patrocinio de varios mecenas de la familia Villegas-Maluenda y de los López Polanco, acaudalados mercaderes de la ciudad que convirtieron el templo en su mausoleo privado. No en vano el magnífico retablo mayor guarda en su seno los ostentosos sepulcros de varios miembros de ambas familias, como Constanza de Maluenda y Alfonso de Polanco, hermano del mecenas Gonzalo López de Polanco, enterrado junto a su esposa, Leonor de Miranda.

El actual templo de San Nicolás pertenece al gótico burgalés de la segunda mitad del siglo XV. Tiene planta de tres naves, la central de mayor altura, sustentadas por cuatro grandes pilares. Las naves laterales están cubiertas con bóvedas de crucería simple, mientras que la central lo está con bóveda cuatripartita de terceletes. Se ilumina a través de sencillas ventanas y dos rosetones.

Su sencilla portada renacentista muestra escenas de la vida de San Nicolás, entre las que se simboliza la dote que pagó para ayudar a unas doncellas. La imagen de San Nicolás, en cátedra y bajo dosel, está tallada en el tímpano, y a sus lados figuran las de San Sebastián y el burgalés San Vitores, con la cabeza en la mano, en consonancia con su martirio. La puerta, de roble tallado es obra de Francisco de Colonia, hijo del maestro Simón de Colonia, al que se atribuye la realización del coro alto. La otra portada, situada a los pies y tapada por edificaciones, consta de una sencilla decoración. Sobre ella se abre un rosetón.

La sencillez de su portada contrasta enormemente con la riqueza de su monumental retablo mayor, que data del año 1505 y es obra también del taller de Simón de Colonia. Está realizado en alabastro policromado, y en él se pueden contar hasta 150 figuras distribuidas en distintas escenas bíblicas. El retablo mayor, que se alza sobre los sepulcros, es de composición rectangular y, a modo de gran tapiz articulado en tres calles, muestra escenas bíblicas y testamentarias –figuran Adán y Eva y la matanza de los inocentes ordenada por Herodes, entre otros pasajes de las Escrituras–, santos y apóstoles. En la parte superior, a modo de remate realizado en madera en el siglo XVIII, figura una representación de Dios entre nubes, y más abajo se muestra la Anunciación de la Virgen. El retablo se completa con escenas de la vida del titular de la iglesia.

En la nave del evangelio se encuentra el retablo barroco de San Miguel, de la segunda mitad del siglo XVIII. Incluye diez pinturas hispanoflamencas de la segunda mitad del siglo XV, atribuidas al “maestro de San Nicolás”, que debieron formar parte del primitivo retablo mayor. Muy destacada es una pintura del Juicio Final, obra anónima de finales del XV o principios del XVI.

Además de los enterramientos de las dos grandes familias que ejercieron su mecenazgo en San Nicolás, los Villegas-Maluenda y los López Polanco, en el templo descansan los restos de Fernando de Mena y María Sáenz de Oña. Se trata de dos interesantes arcosolios funerarios de traza renacentista ilustrados en las jambas del arco con imágenes de San Pedro y San Pablo, con San Nicolás y San Juan de Ortega en el fondo y postrados ante la Virgen. El sepulcro está flanqueado por las heráldicas de los difuntos.
También están enterrados en San Nicolás los marqueses de Murga, que donaron una gran cantidad de dinero para la restauración del templo. Su sitial fue realizado en 1910 por el maestro Saturnino López. Realizados en estilo neogótico, se sitúan en la cabecera de la nave, junto a un crucifijo fechado en el siglo XV.

En la parte trasera de la iglesia se levanta un edificio donde se custodia la rica colección de tapices que posee la parroquia de San Esteban. La colección está formada por dieciséis tapices de estilo flamenco, fechados en la segunda mitad del siglo XVI. Contienen representaciones del libro de Judith, la historia de Jacob, escenas palaciegas, fauna y flora.



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