martes, 15 de enero de 2008

-Roa de Duero



Roa de Duero se encuentra en el extremo suroeste de la provincia. La Villa está enclavada en un cerro de 820 metros de altitud y en la margen derecha del río Duero. El propio río sirvió de foso natural y convirtió a Roa en una importante plaza estratégica a lo largo de la historia, destacando su papel como bastión defensivo en los primeros siglos medievales.

Las primeras ocupaciones humanas conocidas son de aproximadamente 2.500 años antes de Cristo (yacimientos de la Edad del Cobre).Con posterioridad otros grupos humanos siguieron ocupando la fértil vega del Duero como lo pone de manifiesto el extenso yacimiento existente en el paraje de Carrasalinera, que pertenece ya a la Edad del Bronce y se fecha en torno al 1400/1200 a. C. Actualmente quedan en Roa restos de cabañas de la Edad de hierro.
Estas gentes evolucionan paulatinamente a lo largo de los siguientes 100-150 años, dando lugar a un nuevo grupo con unos rasgos muy distintos: los vacceos celtíberos.

La Roa vaccea, fue ampliando considerablemente el poblado, construyendo ya casas de adobe más complejas. En estos momentos Roa funciona como una ciudad con gran autonomía, controlando un amplio territorio.Se han encontrado fragmentos de cerámica celtibérica: medallas, balas de piedra para lanzarlas con la catapulta, y un cementerio de incineración donde hay hermosas vasijas y lacrimatorios de vidrio irisado.

El nombre de Roa, procede del latino Rauda, utilizado por el geógrafo Ptolomeo hace casi 2000 años para identificar una de las 20 ciudades que formaban parte del pueblo vacceo. La llegada definitiva de los romanos, hace que Roa, conocida desde ahora como RAUDA, se integre en la nueva organización administrativa pasando a depender de Clunia. Todavía quedan huellas en las excavaciones del incendio que sufre esta ciudad por las tropas del general Pompeyo por dar su apoyo al general Sertorio durante la guerra civil en los años que van desde el año 76 al 72 a. de C.

Prueba de la presencia romana es la red de comunicaciones que recorría la comarca, cuyo eje principal era la vía Caesar Augusta-Astúrica, de la que quedan restos en la zona.
Se han encontrado monedas íberas y romanas de plata, las primeras son del 230 antes de C; monedas del Emperador Nerón de oro y plata; y monedas de cobre del Emperador Marco Aurelio. En el s. III el Imperio Romano empezó a debilitarse y su poder se fue apagando.

La influencia visigoda sobre Roa y su tierra apenas tiene huella. Con la invasión árabe en 711, la comarca siguió contando con población pero muy reducida. En el año 912 el conde Nuño Nuñez repuebla Roa y la devuelve de nuevo protagonismo, desempeñando un importante papel como cabeza de puente en la frontera castellana del Duero. En el año 983 se ve afectada por la razzia protagonizada por Almanzor.
Alfonso VI conquista Toledo, el año 1085 y a partir de esta fecha el Duero deja de ser frontera y pasa a serlo el río Tajo. Con este hecho desapareció la inestabilidad en la zona del Duero y se pudo comenzar una nueva repoblación y recuperación de estas tierras. En el s. XI la comarca de Roa se encuentra nuevamente a la cabeza de un amplio territorio o alfoz, que adquiere categoría jurídica en el siglo siguiente con la concesión del Fuero de Roa por parte del rey Alfonso VII en el año 1143.
Gracias a la intervención de Doña Violante, viuda de Alfonso X El Sabio, en 1295 se construyó una muralla para poner fin a las desavenencias entre Roa y las aldeas cercanas. Constaba de seis puertas, flanqueadas por torreones, almenas y cubos,de las cuales hoy tan sólo se conserva la de San Juan.
La ancestral villa de Roa tuvo el honor de albergar en su recinto amurallado repetidas veces a los reyes de Castilla, hay que tener en cuenta que estaba mejor defendida que Aranda. Y el monarca que con más frecuencia moró en Roa, fue Juan II. De gran importancia fue así mismo la licencia concedida por Enrique IV en 1465 para organizar un mercado los martes, que actualmente continua y dos ferias anuales .

En 1464 Enrique IV entrega la Villa de Roa y su Tierra a su valido, Beltrán de la Cueva (¿padre de Juana la Beltraneja?), este paso fue tan humillante que Roa estuvo a punto de recobrar su realengo poniendo sus lanzas en contra del propio Rey pero el conde Beltrán impidió desde Cuellar este levantamiento. Los Reyes Católicos al perdonar y reconocer los privilegios a Beltrán, aplastaron finalmente las inquietudes de Roa.

En la segunda mitad del siglo XV Roa había pasado a depender de la casa de Alburqueque quedando englobada, desde 1492, en el condado de Siruela junto a las localidades de su Comunidad hasta la abolición de los señoríos, decretada por primera vez en la Cortes de Cádiz en 1810, pero aplicada en el año 1841. En el siglo XVI se recoge como hecho histórico más notable la muerte del Cardenal Cisneros acaecida el 8 de noviembre de 1517 mientras iba a buscar al futuro Rey, Carlos I.
En 1530-40 se inicia la construcción de la magnífica Colegiata de Santa María en Roa.

Desde el el s. XVII la economía raudense va a pivotar en torno al viñedo que ha constituido la clave económica en el pasado y que tras diversas crisis, ha recuperado su papel esencial.

El s. XIX es tiempo de catástrofes, fue negro para la villa y para sus monumentos en general, pues se perdió por guerras, incendios y saqueos, lo más interesante de su patrimonio artístico y urbano. El 15 de abril de 1813 tropas francesa saquean e incendian casas e iglesias; y se destruye el castillo. El 20 de agosto de 1825 es ejecutado Juan Martín el Empecinado, hijo de labradores acomodados de Castrillo de Duero; su juventud se desliza por Roa y su Comarca. En abril de 1813 daba el audaz asalto a la villa de Roa, en unión al General Merino liberando a la villa del yugo francés. El 19 de agosto de 1925 se colocó una lápida en la casa que habitó en Roa. En mayo de 1835 el cura Merino invadió la villa y puso fuego a la iglesia colegial, por hallarse en ella refugiados los Isabelinos; quemando además algunas viviendas. Pero el más trágico y voraz incendio fue el ordenado por el General carlista Balmaseda en el que se vio afectado nuevamente la Colegiata: altares, puertas, el archivo de siglos desapareció, únicamente se salvó el coro; y las tres cuartas parte de las viviendas de la villa desaparecieron para siempre.

En el Aula Arqueológica de Roa se recrea el interesante pasado prehistórico e histórico de esta localidad. El Aula se completa con un Parque temático arqueológico situado en las Eras de San Blas, a las afueras del pueblo.

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