domingo, 30 de marzo de 2008

-El Homo Antecessor como antepasado directo del hombre actual.


El hallazgo de una mandíbula atribuida a la especie Homo antecessor de hace 1,2 millones de años en el yacimiento de la Sima del Elefante abre nuevas teorías sobre el origen y la evolución humana. El equipo director de las excavaciones aseguró ayer que podría pertenecer al antepasado directo del hombre actual. La antigüedad del fósil es la muestra de presencia humana más antigua en Europa al retrasar en 400.000 años la llegada de los primeros homínidos al continente, que hasta la fecha se situaba en 800.000 años con los restos encontrados en Gran Dolina.

«El Homo antecessor es el mejor candidato para ser nuestro antepasado directo de hace un millón de años. En esa fecha no hay mejor candidato para ser no un pariente, sino el padre del padre de nuestro padre. Si alguien no está de acuerdo que demuestre que no es así», señaló el codirector de las excavaciones, Juan Luis Arsuaga, durante la presentación del hallazgo, que ha merecido la portada de la revista Nature.

El investigador señaló que hasta ahora la evolución se había explicado como una sucesión de especies (australopitecus africanos, Homo habilis, Homo erectus u Homo sapiens), pero ha quedado demostrado que no es algo lineal, sino muy ramificada con dos o más especies subsistiendo a la vez.

En este sentido, Arsuaga recordó que cuando aparecieron los primeros restos de Homo antecessor en 1994 en el yacimiento de Gran Dolina el equipo investigador de Atapuerca propuso que era una especie diferente a la encontrada en la Sima de los Huesos (Homo heidelbergensis, de 500.000 años), algo que otros colegas cuestionaron al proponer que podía ser poblaciones antiguas de las de la Sima. Sin embargo, el nuevo hallazgo ratifica las teorías de los codirectores. «La mandíbula nos indica que el Homo antecessor no es el primero de los heidelbergensis, sino que hay un poblamiento humano de más de un millón de años. Este hallazgo reivindica al antecessor como algo distinto y le confirma como la población más vieja de Europa».

Otro de los codirectores, José María Bermúdez de Castro, insistió en que el antecessor es la primera especie formada en Europa a partir de la salida de los homínidos de África hace 2 millones de años. «Salieron del continente africano y después estas poblaciones se marcharon hacia el este y el oeste, aquí llegaron y se formaron. El antecessor es el ancestro común entre las poblaciones modernas y los neandertales. Si la mandíbula es de antecesor quiere decir que no es una especie africana, lo que replanteará muchas cosas. Tenemos mucho trabajo por delante. En ciencia se trabaja con hipótesis y, por tanto, todo es cuestionable y se necesita probar», precisó.

Otra de las hipótesis que puede cuestionar el nuevo fósil es por dónde llegaron a Europa los homínidos que salieron de África. Cada vez más pierde fuerza que lo hicieran por el estrecho Gibraltar y suma puntos la hipótesis del Próximo Oriente. «Los homínidos llegan de África hace 1,8 millones de años y se quedan en Europa. En Asia evolucionan a Homo erectus y en Europa a Homo antecessor».

No vino de áfrica. Eudald Carbonell, otro de los codirectores, desvinculó al antecessor de África alegando relaciones entre lo biológico y cultural. En este sentido, señalo que si este homínido fuera africano y no euroasiático en 1,2 millones de años habría desarrollado las tecnologías de hachas de mano del denominado Modo 2, que en África estaban muy extendidas. «Los homínidos están asociados a herramientas simples de Modo 1, cuchillos o herramientas de sílex, pero en África fabrican hachas de mano en la misma época, lo que indica que estaban muy desarrollados. Los primeros europeos nacidos y evolucionados aquí eran técnicamente subdesarrollados mientras en África los homínidos de 1,2 millones eran totalmente desarrollado. Si hubieran pasado directamente desde África habrían traído su tecnología y la hubiera aportado a Europa y a la Sierra de Atapuerca».

La consejera de Cultura de la Junta, María José Salgueiro, que asistió a la presentación del hallazgo y le que calificó de «hito científico». También felicitó al equipo de investigación por su trabajo y reiteró el compromiso de la Junta con el proyecto científico.

sábado, 29 de marzo de 2008

-Eremitorio de Cueva Andrés.


En uno de los parajes más bellos del alto Arlanza, muy próximo a la necrópolis de Cuyacabras, se esconde el eremitorio mozárabe de Cueva Andrés. El paraje, dotado de una
inusitada belleza, conserva aún la tranquilidad que buscaban en este lugar los antiguos anacoretas del siglo X para entregarse a la contemplación y a la penitencia.
De lo que fue el primitivo eremitorio se conserva la covacha que sirvió de habitación al eremita. Conserva unas dimensiones de 4,4 m de longitud, 1,25 m de anchura y una altura desde el suelo rocoso de 1,7 m en la zona de entrada.
En ella se pueden observar tres oquedades que fueron utilizadas como alacenas. Debido a que los pastores han utilizado el lugar como refugio, su pared y techo se encuentran ennegrecidos por el humo de la lumbre.

En la cara meridional de la segunda peña se ve, en relieve, un arco de herradura. El arco es de 1,35 m. de alto y 0,65 m de ancho máximo. En su interior hay esculpida una gran cruz patada, que presenta una oquedad circular en el cruce de los brazos, donde posiblemente se incrustara una cruz de metal. En la parte redondeada del arco hay una inscripción de difícil lectura, en la que se puede descifrar la palabra Alonso.

Asimismo, en la parte superior de la roca se ven varios encajes profundos para las vigas de la techumbre de la iglesia. La existencia de ésta es evidente, si bien por su total destrucción es imposible trazar su planta en la actualidad. En la base de esta segunda peña hay dos nichos horizontales excavados en la roca con borde abultado, correspondientes a compañeros del eremita fundador o a continuadores suyos.
A la hora de datar el eremitorio, el único elemento de que disponemos es el arco de herradura, de estilo mozárabe y del tipo cerrado califal, propio del siglo X. Por su parte, la cruz patada inscrita en su interior se puede relacionar con el arte prerrománico asturiano.

En lo que respecta a la necrópolis, se han registrado media docena de sepulturas excavadas en la roca. Sobre la cueva en la que moró el eremita se ha encontrado una sepultura, y en la cara E de la segunda peña se han documentado dos nichos horizontales excavados en la roca ( del mismo tipo que los de Cuyacabras).

viernes, 28 de marzo de 2008

-Necrópolis de Revenga.



Casi en el centro del Comunero de Revenga, histórico territorio de unas 150 hectáreas de
extensión situado en las boscosas inmediaciones del río Torralba, se localiza la impresionante
necrópolis altomedieval de Revenga.
El lugar debió de ser una aldea de ganaderos y pastores, que complementaban su
subsistencia cazando en los ricos bosques de los alrededores. Se cree que la población se instaló
aquí hacia finales del siglo IX y que su permanencia en el lugar fue prolongada, como nos indica el elevado número de tumbas. Posiblemente, su abandono se produjo a finales del siglo X, por la posibilidad de ocupar tierras más propicias.

La necrópolis rupestre tiene una superficie estimada de 2000 m2 ( 50 m x 40 m), y en ella se han documentado 139 sepulturas de tamaños muy variados y con orientación E-O. El tipo más habitual de enterramiento es el de tumba antropomorfa (84) y en menor medida el de bañera y amigdaloide (49), que parecen estar destinadas a enterramientos o infantiles o femeninos. Por otra parte, son ocasionales las tumbas de planta trapezoidal, con cabecera en arco de herradura y base de forma redondeada.
En cuanto a la distribución de las tumbas, se observan con cierta regularidad las agrupaciones familiares. Durante la excavación no se localizaron hallazgos de consideración ( ni restos de ajuares, ni otros elementos significativos), tan sólo algunos fragmentos cerámicos sin un contexto preciso.
La necrópolis no está excavada totalmente conservándose intacta una parte significativa de las misma, tanto en su borde oriental – entre el roquedo y la pista forestal- como entre los afloramientos situados al O del área excavada.

Al igual que ocurre en la cercana necrópolis de Cuyacabras, el asentamiento giraba alrededor de una superficie rocosa sobre la que se levantaba la iglesia y en la que se excavaron las tumbas de la necrópolis. La iglesia tiene planta alargada con marcado ábside. En el centro, muestra una
concavidad que, con toda seguridad, funcionaba como lugar de bautismo de los fieles.

Las improntas conservadas sobre la superficie rocosa – marcas de piqueteado- permiten intuir un pequeño edificio compuesto por una nave rectangular ( 7,65 m x 5,52 m) y una ábside ligeramente cuadrado ( 2,42 m x 2,16 m), con una orientación NE-SO; presenta restos de un iconostasis y de un posible baptisterio situado en el centro de la nave. Su estructura denota varias fases constructivas, correspondiendo a la última un atrio cubierto que protegería la entrada al edificio en el flanco S, del que se conservan las improntas correspondientes a los postes. En este ámbito se documentan diversas insculturas de cronología medieval, que por su posición están relacionadas con el primer edificio, y que tras las ampliaciones de las fases posteriores quedaron ocultas.

Los restos de estructuras del hábitat pudieran encontrarse en la explanada que se abre inmediatamente al N de la necrópolis, si bien no se puede precisar este aspecto a falta de una documentación arqueológica más intensiva.
A partir de las investigaciones, A. Del Castillo interpretó que la necrópolis permaneció vigente a lo largo de un periodo relativamente largo, en el que podrían haberse sucedido de cuatro a seis generaciones. Su deducción se asienta en las pequeñas dimensiones que debió tener el asentamiento y en las diferencias observadas entre las sepulturas de los sectores más cercanos a la iglesia y las más alejados.

Además, puntualizó que se hábitat parece semidisperso y abierto por lo que no pudo existir ninguna agrupación, sino más bien un régimen de caseríos, articulados en torno a un sencillo edificio religioso. El asentamiento, que en origen pudo ser temporal, debió acoger a una comunidad dedicada preferentemente a la actividad ganadera. Las causas de la temprana deserción de este emplazamiento son desconocidas, pero afectan por igual a todo el valle, pues un proceso similar se constata en otros yacimientos de la zona (Cuyacabras)
Su proximidad a los yacimientos como Cuyacabras, Cueva Andrés o Las Cercas, nos lleva a plantear la posible coetaneidad de todos ellos, formando parte de un mismo fenómeno o proceso histórico.

Hay que destacar la presencia de una serie de insculturas de procedencia desconocida en lo que fue el atrio de la iglesia. Entre las mismas se pueden observar tres manos izquierdas grabadas con la palma hacia abajo, una figura demoníaca y una escena fálica.
Por último, hay que hacer referencia a la existencia de unas icnitas o huellas fósiles de un gran dinosaurio terópodo, que vivió en la zona hace 128 millones de años, cuando el lugar era el borde de una somera ciénaga cretácica.

jueves, 27 de marzo de 2008

-El europeo más antiguo en Atapuerca.


El europeo más viejo de la historia vivió en la sierra de Atapuerca hace 1,2 millones de años, un dato sobre el que los científicos ya estaban trabajando pero que se ha corroborado con el hallazgo de su mandíbula en el yacimiento de Atapuerca. El descubrimiento se produjo el 30 de junio de 2007.

La mandíbula, encontrada en la cueva denominada Sima del Elefante y vinculada "provisionalmente" a la especie Homo antecessor, "confirma y refuerza la teoría de la antigüedad de la presencia de los primeros homínidos que llegaron a Europa", informaron fuentes de la investigación. Los científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos y del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona evidencian con multitud de pruebas la presencia de homínidos en el sur de Europa en una fase muy temprana del Pleistoceno Inferior.

En el estrato de la cavidad donde apareció el fósil, denominado TE-9, se han localizado también utensilios de sílex de tradición Olduwaiense así como especies de roedores que demuestran el espacio temporal al que pertenece el hallazgo. El hueso consiste sobre todo en la sínfisis, la región anterior de la mandíbula donde se reúnen las ramas horizontales mientras que, en su parte externa, se localizaría el mentón del humano actual. La mandíbula conserva algunos dientes y a ella corresponde además un segundo premolar inferior que fue encontrado dos días antes en el nivel TE-9, y que se presentó a los medios de comunicación el 29 de junio de 2007. Este descubrimiento fue crucial, al igual que el de este nuevo fósil, porque hace retroceder en casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa.

En cuanto a la procedencia originaria del espécimen, aún por determinar, se apunta que la morfología de la cara anterior de la sínfisis es primitiva y recuerda a la de fósiles africanos del Pleistoceno Inferior atribuidos a Homo habilis y Homo rudolfensis. El lugar del descubrimiento está situado a unos doscientos metros del yacimiento de la Gran Dolina, donde en 1994 se encontraron los primeros restos del Homo antecessor, y a unos mil de la Sima de los Huesos, donde se han localizado más de 6.000 fósiles de la especie Homo heidelbergensis

Las excavaciones de Atapuerca, declaradas Patrimonio de la Humanidad, ofrecen desde hace treinta años continuas revelaciones sobre el modo de vida de los primeros humanos que habitaron el continente europeo. En particular, el fósil de la Sima del Elefante tiene muchas similitudes con las mandíbulas encontradas en el yacimiento de Dmanisi (República de Georgia) que datan de 1,7 millones de años. Por el contrario, la cara posterior de la sínfisis tiene un aspecto más derivado que, según los investigadores, recuerda a ciertas mandíbulas de Asia. Los científicos creen "probable" que la primera población europea proceda de la región del Oriente Próximo, verdadero cruce de caminos entre África y Eurasia, y que estuviera relacionada con la primera expansión demográfica fuera de África que, en la actualidad, está representada por los homínidos de Dmanisi.

Las herramientas, hasta un total de 32 piezas, fueron probablemente realizadas en el interior de la cavidad a partir de nódulos de sílex del Neógeno y Cretácico, que se localizan en un radio menor a dos kilómetros en torno a este lugar. La técnica de producción de las piezas es muy sencilla y su objetivo era obtener lascas de entre 30 y 75 milímetros de longitud mediante un percutor duro. Con ellas, los homínidos aprovechaban la carne de los grandes herbívoros, como muestran las marcas que los útiles líticos dejaron sobre algunos huesos. Los científicos han sido capaces de obtener todas estas pruebas mediante la utilización de una variedad de técnicas, como paleomagnetismo, biocronología y el estudio de la descomposición radiactiva de los isótopos en los sedimentos.

martes, 25 de marzo de 2008

-La Prehistoria en Burgos.



A tan sólo unos 15 km de la capital, se sitúan los yacimientos que dan fe del asentamiento humano más antiguo de Europa. La Sierra de Atapuerca, al este de la provincia, alberga los testimonios más antiguos de la presencia de nuestros antecesores más remotos, y en sus simas, abrigos y cuevas se esconden los secretos de una larguísima prehistoria, que comienza hace 1.200.000 años y se prolonga hasta el alba de la historia, a escasos cinco milenios del comienzo de nuestra era.

Desde aquellos lejanos años, y a un ritmo que debemos contar por centenas o decenas de miles de años, los habitantes de la Sierra de Atapuerca aprendieron poco a poco a cazar y pescar, a seleccionar los mejores frutos del campo para la alimentación, a articular las primeras palabras, a controlar el fuego, a tomar conciencia de su personalidad colectiva e histórica mediante el culto a los muertos, a adornar su cuerpo, a fabricar cabañas al aire libre y a dejar constancia, en gráficos y dibujos, de su mundo simbólico y espiritual, como puede apreciarse también en las cuevas de Ojo Guareña.

El Neolítico
El paso siguiente será la domesticación de las plantas y de los animales, en pleno Neolítico, proceso que comienza unos 5.000 años antes de Cristo y que permitirá el desarrollo de grupos humanos mejor organizados y de vida social y espiritual más compleja, como podemos apreciar en la importante red de monumentos funerarios –megalitos: mehires y dólmenes-- que adornan nuestro paisaje, de manera particularmente expresiva en la Paramera de Sedano.

La Edad de los Metales
La Edad de los Metales constituye un periodo de desarrollo acumulativo que se manifiesta en diversos planos de la actividad humana: el manejo progresivo de metales cada vez más duros y resistentes; la asimilación de la escritura, mediante la cual se solemniza el paso de la Prehistoria a la Historia; la expansión de los cultivos y de la ganadería, que da lugar a la sedentarización de la población en aldeas; la formación de ejércitos permenentes y la consiguiente jerarquización social; la constitución de agrupaciones supratribales, o pueblos, y la articulación del territorio en torno a unas cuantas incipientes ciudades, construidas en altura, o castros.


La secuencia histórica la marcan los metales que dan nombre a las etapas históricas
correspondientes: el Calcolítico (2500-1600 a. C.), tiempo en el que se da el paso del uso de piedras al manejo del cobre como materia prima para la elaboración de herramientas, armas o utensilios domésticos. El periodo del Bronce (1600-750 a. C.), metal que presupone unas técnicas de aleación ciertamente avanzadas; y la época del Hierro (750-150 a. C.), puerta de paso definitivo a la Historia y a la civilización.


A lo largo de estas etapas, estos últimos prehistóricos han ido dejando testimonio de su complejo mundo simbólico en los campos de enterramiento o en las pinturas de las cuevas; han perfeccionado los útiles de labranza hasta dar con el arado fortalecido con reja; han inventado el torno de alfarero y el molino circular; acuñan moneda, y, en fin, han aprendido a escribir, como corresponde a sociedades complejas, que se preparan para dar la bienvenida a la Historia.


Fuente: http://www.turismoburgos.org/

lunes, 24 de marzo de 2008

-Salinas de Poza de la Sal.



Poza de la Sal debe su nombre al afloramiento salino que se produce en sus inmediaciones.
Gracias a la sal, Poza puede hoy explicar, no sólo su nombre, sino también la razón histórica de su
existencia, su pasada actividad económica, sus costumbres y el talante de sus gentes.
El diapiro de Poza de la Sal es uno de los enclaves más singulares y atractivos de la
Provincia de Burgos. Se trata de un afloramiento salino, casi a cielo abierto, conocido por los pozanos como “el Salero”. Forma un enorme anfiteatro en cuyo centro se sitúa El Castellar, primitivo asentamiento de Poza.

La sal de este diapiro fue explotada por el hombre desde tiempos prehistóricos, pero fueron los romanos quienes impulsaron la explotación y construyeron puentes y caminos para su comercialización. Durante el gobierno de Fernán González, el Salero de Poza estuvo en la base de la incipiente economía castellana. La gran importancia de la sal a lo largo de la historia explica la codicia de reyes y nobles por ejercer su dominio sobre las salinas. De hecho, en Castilla el dominio y la explotación de la sal fue casi siempre un derecho exclusivo de la Corona, una regalía, aunque fueran los mismos reyes los que concedieran frecuentemente derechos de explotación a particulares o a entidades eclesiásticas. En este sentido, destaca la intervención de Felipe II, quien, en 1564, racionaliza las explotaciones salineras, con resultados excelentes para la producción.

Para llegar a los filones de sal gema se excavaron pozos, que en el pueblo se conocen con el nombre de cañas. Tienen casi un metro de sección y hasta cuarenta metros de profundidad, comunicándose entre sí mediante galerías subterráneas. Por el más elevado de la serie se introducía agua dulce procedente de los urnios, estanques situados en la parte superior del banco salinero. La finalidad era disolver la sal, convirtiéndola en salmuera, esto es, agua saturada de cloruro sódico. Se extraía de las cañas con torno o a mano, en unos odres de piel de cabra y se depositaba en las granjerías, que eran estanques impermeabilizados en donde la salmuera permanecía hasta junio. En verano se distribuía sobre las eras, depósitos o plataformas de escasa profundidad para facilitar la evaporación del agua. La sal precipitada en el fondo se empujaba a las chozas existentes en su parte inferior, donde se guardaba hasta que era transportada a los almacenes.

La labor del salinero se completaba con la del arriero, que era la persona encargada de comercializar la sal. Había dos clases de arrieros, los que transportaban la sal desde el Salero a los alfolíes o almacenes de sal, y los que trajinaban con sal o sin ella hasta los puertos del Cantábrico y hasta Madrid.
Los elementos que perviven en el entorno pozano en relación con la industria de la sal son las eras, cuyo número ronda las dos mil, los restos del depósito de sal mandado construir por Felipe II, el almacén de la Magdalena, visible en lo alto, y, muy especialmente, la Casa Administración de las Salinas, obra del s. XVIII, situada al final de la calle Mayor y hoy convertida en Centro de Interpretación de las salinas.

En la actualidad las salinas de Poza han perdido su función milenaria, pero constituyen un testimonio único de una de las actividades económicas más tradicionales, complejas y perdurables en el tiempo. Así mismo el paraje es de una gran calidad tanto por el bellísimo entorno natural como por el valor patrimonial de la villa, declarada conjunto histórico.

sábado, 22 de marzo de 2008

-Necrópolis de Cuyacabras.


Próxima a la orilla del río Torralba y en medio de un extenso bosque se halla la necrópolis de
Cuyacabras, una de las más espectaculares de toda la Península Ibérica.

El yacimiento se localiza en el interfluvio formado por los ríos Torralba y Barranco de Peñas Corvillas, sobre un destacado afloramiento de roca arenisca que presenta un marcado buzamiento hacia el E.
Este gran afloramiento rocoso se halla el NE del despoblado de Revenga y en el mismo se integran una iglesia semirupestre y una extensa necrópolis.

Excavada en el promontorio rocoso se ha documentado una escalera de acceso que desde su borde oriental – la entrada original- va salvando el desnivel hasta llegar a la iglesia semirupestre, que está situada en la parte más alta y central del conjunto, en un ligero rellano acondicionado al efecto, inmediato al abrupto corte que presenta el afloramiento en su borde septentrional. Este edificio tuvo diversas fases constructivas, tal y como lo ponen de manifiesto las improntas conservadas, indicando para su etapa final una planta rectangular ( 9,05 m X 3,85 m.), sin presbiterio definido y con acceso a mediodía a través de un reducido atrio cubierto. La anchura de la cimentación exenta, sobre la que cabalgaban los muros del edificio, oscila entre 0,75 y 0,30 m. con una altura máxima de 0,60 m.

Por su parte, en la necrópolis rupestre ( 65 m. x 35 m. ) se han documentado 183 sepulturas excavadas en la roca. Son frecuentes las tumbas antropomorfas ( 65) con cabecera en arco de herradura y pies de forma redondeada. Sin embargo el grupo mayoritario está formado por tumbas de tipo bañera (91), que en principio parecen estar destinadas a enterramientos femeninos o infantiles, aunque estos últimos también aparecen en tumbas de forma antropomorfa. En menor medida se han registrado nichos (13), en el cortado N del afloramiento y son ocasionales las tumbas de lajas y trapezoidales.

Delimitando la necrópolis por sus flancos S y N, se han documentado los restos de una cerca construida con bloques de mediano y gran tamaño, trabados a hueso, reducida prácticamente a la cimentación en las zonas que se ha conservado, si bien su trazado se intuye en diversos tramos bordeando el roquedo funerario.
Respecto al hábitat no se han encontrado restos de estructuras, planteándose como posibilidad que pudiera encontrarse en la explanada localizada inmediatamente al E de la necrópolis. En este sentido, en el bosque próximo se distinguen varios amontonamientos de piedras y sillares, que bien pudieren corresponderse con estructuras de hábitat.

Este asentamiento, que constituye un buen ejemplo del tipo de aldeas que poblaron las tierras del Arlanza en época altomedieval, debió nacer en torno al siglo IX y fue abandonado, como hábitat permanente, a mediados del siglo XIII. Las unidades familiares de estas comunidades de aldea se dedicaron a la explotación ganadera, complementada con el aprovechamiento del bosque y sus recursos naturales.

viernes, 21 de marzo de 2008

-Centro de interpretación de las Salinas de Poza de la Sal.


La declaración de las salinas ha sido la base para la protección del Salero y para el desarrollo de
iniciativas dirigidas a su conservación y divulgación. En esta línea de trabajo el Centro de
Interpretación constituye un elemento fundamental para el conocimiento del carácter geológico, etnográfico e histórico del área de estudio: las Salinas de Poza de la Sal; y es la difusión de estos aspectos lo que otorga al Centro un valor científico y educativo, añadido al puramente turístico.

El Centro de Interpretación, abierto al público en 2003, se emplaza en la que fue Casa de Administración de las Reales Salinas, edificio cuya construcción se inició en 1786 durante el reinado de Carlos III, y que constituye un buen ejemplo de la arquitectura del siglo de la ilustración.


Su valor didáctico se establece en torno al conocimiento del diapiro de Poza de la Sal, uno de los más importantes del mundo, y la divulgación del proceso tradicional de explotación y elaboración de la sal.
El contenido expositivo del Centro recoge en sus instalaciones un aula didáctica y distintos tipos de elementos divulgativos como reconstrucciones de estructuras, maquetas, infografía, panelesexplicativos, etc., que permiten una visita formativa y didáctica.

jueves, 20 de marzo de 2008

-Centro de Interpretación del Medievo, Oña.


Situado en la Calle Barruso, antiguo barrio judío medieval de Oña, ocupa un edificio de dos plantas.
El centro nace con una clara vocación pedagógica y didáctica desde el punto de vista de la
comprensión artística e histórica del monasterio de San Salvador y la villa de Oña, en un momento muy concreto de su historia: la Edad Media. Por un lado se busca complementar la visita guiada que se hace a la abadía y por otro se trata de una herramienta, para los centros educativos, con la cual acceder de una manera más amena y esencialmente visual a esta época histórica.
La recepción al centro se realiza por medio de un audiovisual con el que se intenta dar una primera visión de conjunto del devenir histórico y artístico de la Villa de Oña desde la Prehistoria hasta nuestros días. El mismo está especialmente preparado para el colectivo de sordos, al presentar una traducción simultánea en el lenguaje de signos. No en vano el precursor e inventor del mismo fue un benedictino oniense.
La primera salas está dedicada al monasterio de San Salvador mostrando su evolución artística y arquitectónica, las técnicas constructivas empleadas y la vida cotidiana en un monasterio medieval.
En la sala 2, por medio de cabinas audiovisuales, se acerca al visitante a temas de la historia local: presencia judía en Oña, nacimiento en Oña del lenguaje de signos para sordos, transformación de Castilla de condado a reino etc.
En el jardín se recrea un herbolario medieval.


Direccion:C/Barruso
Codigo postal:09530
Telefono:947 300 001
Fax:947 304 402
Email:ayuntamientoona@yahoo.es
Pagina web:http://www.ayuntamientoona.com/
Localidad:Oña

lunes, 17 de marzo de 2008

-El Pozo Azul


El Pozo Azul se encuentra muy próximo a la población de Covanera, en el fondo de valle del cañón del río Rudrón. Es una pileta de 9 m de profundidad, ubicada en un reducido anfiteatro kárstico, y está considerada como la cavidad subacuática más larga de España con un desarrollo de 4.530 m.

El manantial brota en el fondo de un estrecho valle que termina en una especie de circo rocoso. Recibe este nombre por la dispersión que sufre el componente azul de la luz solar al incidir sobre la superficie del pozo, el cual alcanza una profundidad de 10 metros. En su fondo se abre una gran cueva, que incluso se intuye dada la transparencia y pureza de esta agua. Sus cristalinas y frías aguas, con una temperatura constante de nueve grados centígrados, recorren de forma rápida el corto espacio que las separa del curso del río Rudrón, donde desembocan.

Esta conectado a un conducto de mas de 3,5 km de longitud que discurre a unos 70 metros de profundidad bajo el macizo calcáreo y confinado por debajo por un nivel de margas impermeables. Además del interés hidrogeológico, posee un destacado interés deportivo para espeleobuceadores, cuya exploración y trabajos topográficos realizan desde el año 1964. En Mayo del 2006 James Mallison alcanzó la punta de 3.810 metros, sin haber llegado aún al final practicable del conducto.

En 1983 se realizo un muestro biológico por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde se encontraron nuevas especies de fauna acuática.
En la provincia de Burgos, existen otros manantiales y surgencias de tipología similar aunque de menor magnitud, la mas próxima al Pozo Azul se encuentra en la localidad cercana de Tubilla del Agua. En el Valle del Arlanza existe la surgencia de Fuente Azul, con elevado interés deportivo y de exploración. Y el mismo río, el Arlanza, debe su nacimiento a la surgencia de Fuente Sanza, cerca de Quintanar de la Sierra. Una surgencia kárstica de especial interés es la Fuentona de Muriel, en Soria, con un sifón de 52 metros de profundidad inicial, también objeto de exploración y estudio.

domingo, 16 de marzo de 2008

-Paseo del Espolón.


Es el paseo más emblemático de la ciudad. La construcción de la nueva Casa Consistorial, en
1783, sobre el solar de la antigua puerta de Carretas, dio lugar al derribo de la vieja muralla y al diseño de una serie de jardines a orillas del Arlanzón, entre las puertas de San Pablo y Santa María.

La ciudad medieval, hasta ese momento encerrada y constreñida intramuros, rompía la muralla para mirar hacia fuera, con una línea de nuevos y modernos edificios paralela al río. El encargado de diseñar este paseo fue Fernando González de Lara, que utilizó parte de las piedras de la muralla en la canalización del río Arlanzón, en un intento de evitar las periódicas inundaciones que vivía la ciudad.

El actual Paseo del Espolón es fruto de las diversas transformaciones que ha sufrido a lo
largo del tiempo. En el centro, por detrás del Ayuntamiento, sobresalen cuatro estatuas donadas por el rey Carlos III, en 1788, procedentes de la balaustrada del Palacio Real de Madrid, talladas por escultores cortesanos, que representan a Fernán González (obra de Juan de Villanueva), Fernando I (de Luis Salvador Carmona), Alfonso XI (de Felipe Boistou) y Enrique III (de Antonio Dumandré). Se colocaron en 1795.
Más tarde, en ambos extremos del paseo, se añadieron otras cuatro, donadas por Isabel II en 1868. Representan a Wamba, Alfonso VI, Juan II y San Millán, y fueron realizadas en el siglo anterior en los talleres del Palacio Real por Juan Domingo Olivieri y Felipe del Corral. Un busto en bronce, realizado por el artista burgalés Félix Alonso, fue instalado en la zona central de los jardines, en homenaje a Marceliano Santa María (1866-1952), considerado el más importante pintor burgalés del siglo XX.
Muy singular es el templete de música. El que hoy contemplamos es una obra moderna que
reproduce, casi miméticamente, la traza del primitivo. El original fue instalado en 1897, siendo su arquitecto Saturnino Martínez. A lo largo de su historia se convirtió en el centro de las actividades musicales y lúdicas que tuvieron como centro a este Paseo.
Una serie de edificios singulares tienen su emplazamiento a lo largo del Paseo. Además de la
Casa Consistorial (1783) y la Casa del Consulado del Mar (1794) destacan, en uno de sus
extremos, el Palacio de la Diputación Provincial (1864) y el Teatro Principal (1853). Igualmente es notable el Palacio de la marquesa de Vilueña (1818) y, como remate del paseo, el Arco de Santa María (1536).

Estatuas y esculturas, estanques, fuentes y jardines se suceden hoy en armonía bajo la
sombra de acacias, tilos y castaños de indias, de álamos blancos y, sobre todo, de dos hileras de
plátanos bellamente unidos por sus ramas. Aún sigue siendo uno de los principales centros de
encuentro de los burgaleses, alcanzando sus momentos de máximo apogeo en los periodos estivales.

viernes, 14 de marzo de 2008

-Monasterio de San Juan.



Los orígenes del Monasterio de San Juan se remontan al siglo XI, cuando el monje Lesmes, nacido en Loudun, cerca de Poitiers (Francia), se instaló en este lugar al frente de una comunidad de doce monjes compañeros suyos llegados de Casa-Dei, con el beneplácito de los reyes castellanos Alfonso VI y doña Constanza de Borgoña.
Aquí se asentó con la idea de poner en marcha un pequeño complejo asistencial al servicio de los peregrinos jacobeos. Murió en 1097, siendo aclamado y honrado como santo. En 1511 fue proclamado patrono de la ciudad.
El Monasterio de San Juan se mantuvo bajo la disciplina benedictina de Casa-Dei, que le nutrió de la mayor parte de los monjes, hasta 1436. Ese año se integró en la Congregación de San Benito de Valladolid, comenzando una nueva etapa espiritual y cultural que no concluyó hasta la Desamortización de Mendizábal, en 1836. A partir de entonces, se inicia un periodo de utilizaciones diversas y de abandono que acabó con la ruina de buena parte del edificio.

Nada queda del antiguo edificio románico de la época del santo fundador. La primitiva fábrica monacal vivió un momento de enorme transformación a mediados del siglo XV, a raíz del incendio que se produjo en 1436, que destruyó totalmente la iglesia. La iglesia monástica tenía tres naves, crucero y una capilla mayor de gran profundidad que permitía alojar en ella una gran sillería coral. La cubierta debió estar formada por bóvedas góticas con nervios rectos, formando una rica tracería de forma estrellada. Su autoría se atribuye a Juan de Colonia, el más importante artista del momento en Burgos.
La única zona del monasterio que se conserva, en su mayor parte, es el claustro, cuya
construcción ha de fecharse a finales del siglo XVI. La obra fue ejecutada por Domingo de Azas.
Muy interesante es el claustro inferior, en el que se conservan todas las bóvedas estrelladas y unos amplios ventanales. Hay que destacar la decoración de las claves de las bóvedas con bustos que representan a santos, papas, reyes, etc., relacionados con el monasterio.
La sala capitular o capilla de Montserrat es un recinto de planta cuadrada que se cubre con
nueve bóvedas de nervios góticos formando estrellas de nervios rectos que descargan sobre cuatro columnas. Desempeñó la función de sala capitular hasta que se convirtió en capilla funeraria.

En cuanto a la fachada principal del monumento, hay que señalar que el centro de la misma
se transformó en un estilo eminentemente clasicista a finales del siglo XVI o principios del XVII. A comienzos del siglo XIX, se produjeron una serie de intervenciones que dotaron al conjunto de un carácter mucho más sobrio. La espadaña pasó a convertirse en el cuerpo de la torre que hoy aparece visible. Muy notables, dentro de la arquitectura proto-barroca burgalesa, son los pórticos simétricos laterales que flanquean la portada principal. Constan de una zona baja compuesta por tres arcos individualizados por pilastras pareadas y un escudo en el centro que rompe el entablamento. En el segundo piso aparecen tres vanos a modo de balcones adintelados.
En la actualidad, en el monasterio se desarrolla una intensa actividad cultural con
exposiciones, conferencias, congresos. Asimismo, es la sede del Museo Municipal Marceliano
Santa María.

miércoles, 12 de marzo de 2008

-Iglesia de San Lesmes


Extramuros de la ciudad medieval, frente a la puerta de San Juan y pasando el río Vena, se alza la iglesia de San Lesmes, cuya importancia se acentúa por el patronato que sobre Burgos tiene su titular.

La iglesia se comenzó a construir a finales del siglo XIV en un lugar próximo al que había ocupado la capilla de San Juan Evangelista, erigida en 1074 por Alfonso VI. El francés Adelelmo o Lesmes, que había sido abad de La Chaise-Dieu, en Auvernia, vino a España, a instancias de la reina Constanza, para elevar el tono espiritual de la corte de Alfonso VI, de la que se retiró pronto para dedicarse al cuidado de los peregrinos jacobeos que pasaban por la ciudad de Burgos. Falleció en 1097 y fue enterrado en la capilla de San Juan, que pasó a tomar su nombre y a depender del vecino monasterio de San Juan, del que fuera primer prior el citado santo.

La capilla fue demolida en 1382 a instancias del rey Juan I, y con su ayuda se erigió un nuevo edificio, que a finales del siglo XV sufrió una importante transformación. El actual templo se corresponde, en esencia, con la obra realizada a finales de esa centuria. Consta de tres naves, crucero ligeramente destacado en planta, profundo presbiterio y cabecera poligonal. Las naves están cubiertas con bóvedas de crucería con terceletes. En la segunda mitad del siglo XVI se rehicieron los soportes de las bóvedas.

El exterior de la iglesia es sobrio y austero. La fachada principal, que se abre a la plaza de San Juan, constituye un bellísimo ejemplo del último gótico burgalés. Está enmarcada por dos contrafuertes rematados por pináculos. Bajo la cornisa hay un fino festoneado corrido. En la esquina de los contrafuertes se pueden observar las estatuas de la Virgen y la Anunciación, protegidas por destacados doseles. La portada, con arcos apuntados abocinados, se remata con arco conopial decorado con cogollos. Su composición y ornamentación presentan las características del taller de los Colonia.

La fachada de los pies es muy sencilla. La portada consiste en un arco abocinado entre contrafuertes y un rosetón encima. Rematando el conjunto hay una monumental espadaña del siglo XVII, de tres cuerpos con remates de pirámides, levantada por los maestros Domingo Alvitiz y Ruiz Cagigal.
En el interior de la iglesia se conservan importantes obras artísticas. En la cabecera de la nave de la epístola se encuentra la capilla de los Salamanca, de planta cuadrangular y cubierta con bóvedas de crucería. Contiene un sobresaliente retablo de madera, con fina labra, traído de los Países Bajos hacia 1500.

El retablo mayor, que permanece sin policromar, es una gran obra barroca del siglo XVIII y fue costeado por el rico burgalés don Félix Sánchez de Valencia. Muy notable es el sepulcro con la imagen yacente de San Lesmes, realizada en alabastro por el llamado “maestro de Covarrubias” a finales del siglo XV.
En el muro meridional del presbiterio se suceden tres sepulcros góticos de principios del siglo XVI, correspondientes a Fernando Medina, Diego del Campo y la familia Valladolid.
En la nave septentrional se encuentra el sepulcro de Ortiz de Espinosa, que en el pasado se encontraba frente a los anteriores.

Sin duda alguna, en esta iglesia se encuentra el mejor púlpito de piedra de la ciudad. Su autor fue Juan de Salas, discípulo de Diego de Siloe. Tiene una columna abalaustrada por pie y el ambón decorado con medallones de la Virgen y el Niño, San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Muy destacado es el antepecho del coro, obra plateresca de fina labra.
En la cabecera, en el lado del Evangelio, se construyó, a finales del siglo XVI, la capilla de Ruiz de Camargo, que en la actualidad sirve de museo parroquial. Aquí se conserva un magnífico conjunto de pinturas de los siglos XVI al XVIII y el interesante retablo de los Gumiel, traído de la iglesia de San Esteban, que fue labrado por Felipe Vigarny, a comienzos del XVI, y que tiene tablas pintadas de León Picardo.

lunes, 10 de marzo de 2008

-Villafranca Montes de Oca


Villafranca-Montes de Oca tuvo una gran importancia en otros tiempos. Por aquel entonces era la ciudad autrigona de Auca. Más tarde romanos y visigodos dejaron sus huellas aquí. Su denominación deriva de los numerosos francos que, atraídos por los privilegios reales, se asentaron a su vera.

Hito fundamental en la configuración del Camino de Santiago, era etapa intermedia entre Santo Domingo de la Calzada y Burgos, en la que los peregrinos se preparaban para afrontar el peligroso paso de los Montes de Oca, el “Lemus Oque”, citado por Aymeric en 1143.

Villafranca Montes de Oca surgió como punto clave del Camino de Santiago, por estar en medio del trayecto Santo Domingo-Burgos, y como base de partida para atacar el cruce de los montes, boscosos y llenos de bandidos. La población responde a ese origen, tanto por su forma alargada como por la bondad de su hospital, más generoso en comida que en ropa de cama, a juzgar por el refranero. Villafranca Montes de Oca, alta de camas y pobre de ropa.

El templo parroquial de Santiago(siglo XVII) sustituyó a una antigua iglesia levantada sobre el solar de la catedral. Muy cerca se encuentra el Hospital de San Antonio Abad, valioso y mal conservado, fundado por la esposa de Enrique II en 1.380, centro que en recuento del siglo XVIII contaba con 36 camas.

Villafranca heredó de la romana Auca su prestigio histórico y fue sede episcopal hasta 1.075, cuando pasó a Burgos. A la salida de la pequeña población está la Ermita de la Virgen de Oca, paraje evocador donde -según la tradición- fue martirizado San Indalecio, discípulo de Santiago y primer obispo de Auca.

El bosque actual de la zona es en buena parte resultado de repoblaciones, pero aún hay enclaves de valor ecológico, con interesantes robledales. Más al sur perduran hayedos y abedulares, en soledades verdes por las que aún corren los corzos y lobos, y en cuyas aguas frías se escurren las nutrias. Si el viajero no tiene prisa puede realizar alguna excursión por la sierra de la Demanda, hasta las estribaciones del San Millán. Si se conforma con un pequeño paseo, resulta agradable acercarse al desfiladero del rio Oca, aguas arriba de la ermita. El Camino sigue entre montes.

Es terreno apto para el bandidaje, como lo prueban las citas históricas que hablan de asaltos a peregrinos. Aún hoy, es frase conocida en Castilla: Si quieres robar, vete a Montes de Oca, con la que se protesta por cualquier precio abusivo. En las cercanías del Camino estaba el poblado de Valdefuentes, con priorato y hospital cisterciense, fundado en el siglo XII. Hoy no queda nada, salvo el ábside de la iglesia de Santa Magdalena, en medio de un valle solitario.

sábado, 8 de marzo de 2008

-Batalla de Gamonal, 1808.


Los parajes del antiguo bosque de Gamonal y el río Arlanzón fueron el dramático escenario de la batalla entre franceses y españoles en el marco de la Guerra de la Independencia (1808-1814).Desde una perspectiva militar, la batalla de Gamonal se inscribe en la primera etapa o fase inicial de esta Guerra, caracterizada por la incapacidad de Napoleón de dominar la península Ibérica, ante los numerosos focos de insurrección armada tanto en villas como en pueblos españoles. Burgos sufrió como pocas ciudades el expolio de la soldadesca francesa, dejando un desolado paisaje tras su marcha.

La victoria de Bailén (Jaén, 19 de julio de 1808) en campo abierto entre un desorganizado ejército hispano al mando del general Castaños y tropas francesas de Dupont, hace concebir una aparente ilusión de éxito a los mandos españoles e incluso europeos de derrotar a la invicta: “La Grande Armée” napoleónica.

El dos de septiembre, el conde de Lassalle responsable del contingente militar francés, acantonado en Gamonal y en el Castillo, dirige una amenazante carta al Ayuntamiento burgalés, ante la noticia de la inminente llegada de tropas españolas a la ciudad : ”Son, pues, mis intenciones, si el enemigo se presenta, no combatirlos en la parte allá de Burgos porque no quiero sufrir el fuego desde los ventanales de la ciudad,sino esperarle en la llanada de Gamonal (…) Yo entraré vencedor en la ciudad (…) y haré poner fuego a las cuatro esquinas”.

El 22 de septiembre, la ciudad queda libre de la opresión francesa que abandona sus posiciones estratégicas más hacia el norte y de inmediato se formará una Junta local de Defensa de Armamento. El seis de noviembre corren rumores de que las tropas francesas vuelven otra vez a Burgos para acampar en Gamonal, la Cartuja y el Castillo. Temiendo lo peor, numerosos vecinos huyen de la ciudad. Napoleón ya se encuentra en Vitoria. La noticia de la llegada de un cuerpo del ejército denominado “Extremadura” a Burgos apresta a sus ciudadanos para la defensa. El 10 de noviembre en Espinosa de los Monteros, el ejército español al mando del general Blake sufre una estrepitosa derrota frente a las tropas del mariscal francés Víctor.

Un total 60.000 hombres compone el segundo cuerpo del ejercito francés del mariscal Ney, hombres expertos y curtidos al mando de Bessières. Una división comandada por Lassalle y Soult , desde Briviesca se dirige hacia Monasterio y su intención es acampar entre Gamonal y Villafría.

La tropa española compuesta por 12.000 hombres, mal armados y bisoños, dirigida por el inexperto conde de Belveder, que había reemplazado al teniente coronel Galluzo, deja considerables fuerzas en Lerma. Las primeras escaramuzas comienzan en la madrugada del 10 de noviembre de 1808: la caballería francesa de Lassalle avanza desde Villafría contra la posición española situada entre el bosque de Gamonal y el Arlanzón. Una división francesa comandada por Mouton y apoyada por Bonet inician un cerrado ataque contra el ala izquierda de los batallones de Belveder, poniéndolos en fuga, excepto al 4º batallón de Guardias Valones, al mando de Vicente Genaro de Quesada, que resiste diezmado los embates franceses. El ala derecha del ejército de Extremadura, al mando del general Hesnestrosa, tampoco logra sostener las posiciones ante la presión de los jinetes franceses del conde de Lassalle.

Los soldados españoles, hundidos y desordenados, inician una huida por todo el camino de Gamonal perseguidos de cerca por la caballería francesa del mariscal Soult y Lassalle que acuchillan a los fugitivos. No pocos se arrojan al río Arlanzón, pero allí son degollados.El mariscal Bessières llega al campo de batalla, se pone al frente de los Dragones, comandados por Milhaud y, rodeando la ciudad por el norte, cruza el Arlanzón, a la altura del puente de las Huelgas, e impide la salida de los supervivientes hacia los caminos de Valladolid y Madrid. Al mismo tiempo, una brigada francesa impide el reagrupamiento de los españoles en las elevaciones de la Cartuja. La parcial reorganización de los fugitivos españoles se produjo en Lerma, bajo la 3º división del ejército “Extremadura”. Las bajas españolas se estiman en 2.500 entre muertos y heridos, frente a las 50 víctimas y 150 heridos en el bando francés.


La ciudad sufre un saqueo, ordenado por Lassalle que manda pegar fuego a la ciudad por tres partes, resultando el Barrio de Vega la parte más afectada . Un testigo presencial de la época, el tornero Marcos Palomar, describe: “No puedo asegurar ciertamente lo que duró el saqueo, sólo que no dejaron casa, iglesia, convento que no fuese destrozado”. Se expolian las Huelgas, el Hospital del Rey y el Monasterio de San Pedro de Cardeña, sólo la Catedral fue preservada , a petición del gobernador de Castilla, Darmagnac, quien meses más tarde pretende en recompensa que le sea regalado el famoso cuadro de “La Magdalena”, a lo que el Cabildo le remite al duque de Frías, patrón de la Capilla de los Condestables y entonces embajador en París.

Napoleón llega a Burgos desde Cubo de Bureba, el 11 de noviembre y permanece hasta el día 22. Durante su estancia, se dice que observa detenidamente el Arco de Santa María, disuelve los organismos anteriores y crea otros nuevos como la Junta de Municipalidad y Gobierno, así como ordena reformas de fortificación en el Castillo.”La posición de Burgos- escribe a su hermano, el rey de España, José Bonaparte- es igualmente importante mantenerla, como ciudad de gran nombre y como centro de comunicaciones y de informaciones”.

miércoles, 5 de marzo de 2008

-El asesinato del Gobernador de Burgos.


Isidoro Gutiérrez de Castro, gobernador civil de Burgos, fue asesinado el 25 de enero de 1869 en la catedral de la ciudad por una muchedumbre enfurecida. La versión oficial atribuyó el atroz linchamiento a la acción airada de las masas como una respuesta a la misión que había llevado al político al templo: inventariar e incautar los objetos de ciencias, letras y artes del cabildo.


El crimen, que causó sensación en toda España, tuvo connotaciones que nunca fueron bien aclaradas. Según la versión de la época, a las 10 de la mañana, el gobernador civil, acompañado del inspector de Seguridad, Domingo Mendívil, y de un comisionado de Madrid, se dirigió desde su cercano palacio de la Diputación hasta la catedral, encontrándose allí con una masa de civiles que parecía estar al tanto de su visita. En el templo le estaban esperando el deán, el provisor y otros canónigos, que entablaron con él una dura discusión. Se dijo que un canónigo llegó a vocear: “Buenos estamos para dar limosna y nos están robando”.

El gobernador ordenó que le franquearan el acceso al archivo, situado en los claustros, y que cerraran después las puertas. Apenas había entrado, la masa irrumpió en los claustros gritando “¡Viva la religión!, ¡Muera el gobernador”, “Viva Carlos VII”. No queda claro si el canónigo tesorero olvidó cerrar la puerta o si los asaltantes rompieron la cerradura, pero el caso es que entraron, rodearon al gobernador y comenzaron a golpearlo y, herido, lo sacaron a empellones.


Ya en las naves del templo siguieron golpeándole y, al final, inconsciente, lo arrastraron a la Puerta del Sarmental y allí lo desnudaron y desorejaron. Luego le ataron una faja a los pies y su cuerpo fue arrastrado hasta la plazuela contigua, donde lo abandonaron. Arturo Colorado, de la Universidad Complutense, desvela en el número 113 de la revista ‘La aventura de la Historia’ la verdadera naturaleza de una conspiración de gran calado, que fue reducida al tumulto y asesinato.


lunes, 3 de marzo de 2008

-Batalla de Espinosa, 1808



El primer intento de los franceses por conquistar España había sido un fracaso casi total: en Cataluña se desarrollaba una lucha implacable, Dupont había sido aniquilado en Bailén, Moncey tuvo que retirarse de Valencia y aunque Bessières había obtenido algunas victorias importantes (como Medina de Rioseco), Zaragoza no había caído y en el norte seguía imperando la rebelión. Pero aun recibieron otra mala noticia. Con la derrota de Junot en Vimeiro el 21 de agosto frente a los británicos y la firma del convenio de Sintra, Portugal seguía los pasos de España. A mediados del verano de 1808, las fuerzas imperiales parecían haber escapado por muy poco de ser expulsadas totalmente de la Península.

Napoleón estaba furioso y desconcertado porque la guerra en la Península no se terminaba de desarrollar favorablemente para los franceses y esto perjudicaba seriamente su prestigio en Europa. Por consiguiente decidió acudir él mismo a recuperar la posición a la cabeza de un gran ejército. Mientras tanto, en España los acontecimientos se habían ido desarrollando a un ritmo muy lento. El rey José y su desmoralizado ejército se mantenían en el Ebro a la espera de que el enemigo acometiese de un momento a otro.

Hasta finales de agosto no se concentraron suficientes fuerzas españolas para comenzar a presionar a los franceses. Pero, incluso entonces, la operación que se llevó a cabo (un ataque a Milagro con el fin de avanzar a lo largo del Ebro) se desarrolló de una manera tan poco convincente, que los franceses la rechazaron enseguida y pensaron que se trataba de un simple ataque de diversión.

Hasta tres semanas después no se reanudaron las operaciones. Esta vez la acción comenzó en Reinosa, al otro extremo de la línea del rey José, donde el general Blake había reunido 32.000 soldados gallegos y asturianos. Aunque las juntas le habían pedido que cooperase con las demás fuerzas, Blake decidió actuar por su cuenta, y el 10 de septiembre inició su avance con intención de tomar Bilbao y, provocando al enemigo en Vizcaya, envolver su flanco derecho. Diez días después, su vanguardia se apoderó de la ciudad y Jourdan, jefe del estado mayor de José Bonaparte, respondió enviando más tropas al alto Ebro, donde se unieron a los primeros refuerzos de Napoleón llegados de Alemania.

El mariscal Ney lanzó un contraataque con 10000 hombres. Expulsó a la vanguardia gallega de Bilbao y la hizo retroceder; pero, como no quería arriesgarse a entablar batalla con todo el ejército de Blake, dejó 3.000 soldados en la ciudad y volvió al Ebro, estableciendo su posición frente a los 10000 españoles que mantenía el general Pignatelli en Logroño.

Mientras tanto, Blake había vuelto a tomar la ofensiva en Vizcaya. Al ver que los atacantes eran superiores en número, el general Merlin evacuó Bilbao el 11 de octubre y se retiró a Durango, donde recibió refuerzos y presentó batalla. El comandante español destacó entonces casi 11000 hombres para evitar que cualquier contingente francés pudiera aproximarse por Vitoria y, tras esperar indeciso hasta finales de octubre, reanudó el avance.

Sin embargo, Blake descubrió que las escasas fuerzas de Merlin habían sido reemplazadas por tres divisiones enteras bajo el mando del mariscal Lefebvre y que el cuerpo de ejército del mariscal Victor también había avanzado y amenazaba su flanco derecho. Estos dos comandantes franceses tenían órdenes estrictas del propio Napoleón de no emprender ninguna acción ofensiva hasta que él diese la señal, pero Lefebvre decidió probar suerte antes. Atacando de repente, hizo retroceder a Blake; pero, incapaz de hacerse con el cuerpo principal de su oponente, no tuvo más remedio que retirarse a Bilbao, sin darse cuenta de que, al dejar combatir con los 8000 hombres del flanco derecho español, había quedado atrapado en los pasos de las montañas.

Preocupado por la seguridad de su fuerza principal, Blake lanzó inmediatamente un contraataque para cubrir la retirada de ésta, y en la lucha consiguiente la retaguardia del cuerpo de ejército de Lefebvre quedó detenida por las columnas hostiles que la atacaban por ambos lados. Indignado, el duque de Danzig hizo retroceder enseguida sus divisiones para liberar a los rezagados y, uniéndose a Victor, se lanzó en persecución del ejército gallego en retirada. Cuando el comandante español se detuvo por fin, en Espinosa de los Monteros, para enfrentarse a los mariscales franceses que le perseguían, sus tropas habían quedado reducidas a 23000 hombres con seis cañones.

El 10 de noviembre, la vanguardia de Victor realizó un primer intento contra la posición enemiga, pero fue rechazado tras dos horas de agotadora lucha. Por la tarde volvió a atacar con más tropas de su propio cuerpo de ejército que acababan de llegar, pero tuvo que retirarse otra vez. Sin embargo, al día siguiente, en vez de asaltar el centro y la derecha del enemigo, como había hecho antes, se dirigió hacia el flanco izquierdo y se lanzó a un ataque de frente. El resultado fue decisivo. Los hombres de Blake situados en ese lado abandonaron su puesto precipitadamente y los franceses arrollaron toda la línea gallega y la pusieron en fuga. Cuando el español consiguió reunir a los fugitivos en Reinosa no tenía ya más que 2000 hombres totalmente agotados y había perdido la artillería. Los franceses sufrieron unas 1000 bajas, la mayoría de ellas el 10 de noviembre."

sábado, 1 de marzo de 2008

-Herrán


El pueblo de Herrán se encuentra cerca de la raya divisoria con Álava, en donde el Purón penetra en Tobalina. El fuero de Valderejo (año 1273) cita ya uno de sus mojones con Álava que se encontró en Vacamea, poco más arriba de los puentes en donde una altísima roca lanza un chorro de agua que le da tal nombre. Por este lugar y sobre sus famosos puentes, asentados en la roca viva, se dice que pasó la vía romana que desde Briviesca, por Frías, llevaba a Orduña.

El nombre de Herrán deriva del monasterio fundado en los años de la repoblación, que podría traducirse algo así como la cerca o el cercado. Una herrén es una huerta cercada. Herrán es, sin duda, un lugar nacido y desarrollado a la sombra del barrio de S. Martín. El caserío actual se halla en la margen derecha del río, en una pronunciada cuesta, lo que explica que sus calles sean tan tortuosas.

El término vecinal es amplio pero con el inconveniente de que su mayor parte se extiende por la Arcena. La economía ha consistido tradicionalmente en un equilibrio de agricultura y ganadería, aunque antiguamente ésta tuvo mayor peso, como lo demuestra la fundación del antes citado monasterio a quien se dotó de un numeroso y variado rebaño. En Herrán también existió un pequeño hospital.

Herrán es posiblemente el pueblo más antiguo del valle. Se habla de un asentamiento de la Edad de Hierro. Que hubo un poblado romano es seguro confirmado, entre otras cosas, por la reciente aparición de diversos hallazgos, entre ellos varias monedas. Es el primero de los lugares ocupados en los años de la repoblación. El desfiladero abierto por el Purón fue una de las vías más importantes del valle durante toda la Edad Media, lo que explica cierta prosperidad de Herrán en tiempos pasados, el que su vecindario haya sido crecido y el que allí se estableciera una pequeña colonia judía. Con la apertura de la carretera de Miranda fue abandonado por completo el camino hacia Ribera, lo que ha herido de muerte a Herrán.

La iglesia es indudablemente una de las mejores del valle. Interiormente aparece perfectamente iluminada, amplia y bien conservada. Consiste fundamentalmente en una gran nave central con ábside poligonal. El retablo rococó es de nogal sin policromar, de buena factura y ocupa todo el frente. Entre sus imágenes pueden verse S. Antonio, S. Isidro, Santa Agueda y S. Miguel. Fue altar privilegiado hasta 1908.
A mediados del siglo XVI comenzaban los preparativos para la construcción de la iglesia.

El famoso monasterio de S. Martín fundado es el pionero de la repoblación eclesiástica en Tobalina. Se alzó al este de Herrán, junto a las tumbas rupestres, en lo alto de un montículo. Como nos recuerda el documento de S. Millán de la Cogolla sería levantado el 4 de julio del año 852 (o hacia estos años) por escasas personas: 4 clérigos, 5 presbíteros, y tres monjes, a los que habría que añadir sus tres fundadores, Paulo, Juan y Nuño.
El mismo año de la fundación del conde D. Diego anexionaba este monasterio al de S. Felices de Oca. La datación es insegura pues parece que posteriormente (872?) pasó a depender del recién fundado monasterio de S. Martín de Losa, levantado por los clérigos citados en Herrán. Los mismos personajes y posiblemente en igual año agregaban a sus vez al de Herrán otro pequeño monasterio que acababan de crear en la zona, probablemente hacia el norte, llamado S. Román de Dondisle. Finalmente hay que señalar que el año 978 un rico matrimonio se entregaba como donado al monasterio de Herrán y a su abad Munio, aportando numerosos bienes en Tobalina y la Bureba.

El monasterio-ermita de S. Martín levantó, como ya se dijo, en la margen iquierda del Purón, pegante a las tumbas antropomorfas de las que aún pueden verse cuatro. Aún son bien visibles las ruinas. Parte del edificio se apoyó en la roca viva, en entalladuras todavía notables.
De la ermita de Nuestra Señora del Pópulo, (que significa lugar de pobos o chopos, hoy denominada de Pópilo) queda una sección de arco de medio punto perfectamente tallado en la roca viva en dirección sureste-noroeste. En un extremo se conserva el nicho de una tumba que debió de estar cubierta de lápida con un hueco superior para Sagrario o lucerna. Dicha tumba mide 2 metros de longitud por 0,90 de profundidad y 1,10 de altura. A media altura pueden verse tres agujeros para incrustar vigas que sirvieron seguramente de base a la vivienda del ermitaño. El conjunto rupestre mide 6,25 metros de largo por 4 de altitud. Cerca de esta ermita existe un camino tallado en la roca que se dirige al sur. En la finca cercana se han encontrado algunas tumbas.

La ermita de San Roque (antiguamente S. Felices) es la que se levanta poco después de los puentes, cobijada por la peña, por donde primitivamente pasó el camino hacia Ribera. Todavía puede verse el edificio que consta de dos partes semejantes consecuencia, seguramente, de alguna ampliación. En 1780 «estaba cuasi arruinada». Consta que en 1912 guardaban la imágenes de S. Roque y Nuestra Señora de la Silla. Las tierras de su contorno fueron puestas en cultivo en los primeros momentos de la repoblación por lo que diezmaban a S. Martín. En realidad eran de esta ermita todos los diezmos desde los puentes arriba, lo que podría indicar que antes fue parroquia de algún pequeño poblado que allí se levantaba, posiblemente el antiguo Pontecerci.Finalmente hay que destacar en Herrán una buena casa armera llamada de los «Gallegos». Habría que fecharla en la primera mitad del siglo XVII.