domingo, 31 de mayo de 2009

-Museos en Burgos.


El arte y la arqueología han avanzado mucho en su condición de reclamos turísticos en la última década. El cambio de gustos de la sociedad española a la hora de viajar y el aumento de turistas foráneos han reactivado la apertura de nuevos recursos culturales entre los que destacan, sobre todo, los museos, los centros de interpretación y las aulas arqueológicas.
En la última década se ha duplicado en la provincia la oferta museística con la apertura de 27 nuevos centros de arte, etnográficos o arqueológicos. La mayor parte de ellos han abierto sus puertas en los pueblos, aunque hay que destacar novedades muy relevantes en la capital, como lo es el Centro de Arte Contemporáneo Caja de Burgos (CAB).

El gusto por el arte contemporáneo y el creciente interés por la arqueología y la historia de nuestros antepasados explican el gran crecimiento de la oferta de museos.
Empezando por el arte de nuestros días, al margen del mencionado CAB, hay que subrayar importantes novedades surgidas en esta última década. Uno es el Museo de Arte Contemporáneo Miguel Arce, en Sasamón, y otro el de Rabé de las Calzadas. Además, se puede encuadrar en este ámbito al Museo Salaguti, también en Sasamón.
Aunque no es nuevo el museo del Monasterio de Santo Domingo de Silos, gracias a la reforma del antiguo museo medieval, se ha convertido desde el año 2000 en un centro de referencia sobre el arte contemporáneo, acogiendo exposiciones de artistas como Chillida, Carlos Franco o Miquel Barceló. La colaboración entre la Cámara de Comercio e instituciones como el Museo Reina Sofía o Caja Duero han hecho posible su buen funcionamiento.

También dedicados al arte, han abierto sus puertas el Museo Sacro de la Iglesia de San Juan, en Aranda de Duero. En la capital ribereña han aparecido también la Casa de las Bolas, el Museo de Cerámica y el Museo del Ferrocarril. En Medina de Pomar, el Museo Histórico de las Merindades, situado en el Alcázar de los Condestables. También hay que destacar la apertura del Museo Torre de San Juan, en Oña, dedicado en parte a la industria de la resina.
Los centros de interpretación y los museos etnográficos se han multiplicado. En Medina de Pomar hay que subrayar la apertura del centro de interpretación del Románico; el del Castillo de Peñaranda de Duero, el Castillo de Burgos, el Ciavin, que es el Centro de Interpretación de la Arquitectura Asociada al Vino, o el Centro de Interpretación de Lerma. Todos han surgido en los diez últimos años.

Los museos temáticos también están de moda. En Peñaranda está el de la Herrería; en Montejo de San Miguel, el Museo Etnográfico; en Santo Domingo de Silos, el de los Sonidos de la Tierra; en Vilviestre del Pinar, el de la Carretería, y en Barbadillo de los Herreros, el Museo de las Ferrerías. En Poza de la Sal han abierto dos, que en realidad son tres, porque el Museo de la Radio alberga también el Aula Félix Rodríguez de la Fuente. También está el Centro de Interpretación de las Salinas.
Las aulas arqueológicas también proliferan. Se han estrenado en los diez últimos años la Casa del Monumento Natural de Ojo Guareña, en Quintanilla del Rebollar; el centro de visitantes Árbol Fósil, en Hacinas; las Ruinas romanas de Clunia, en Peñalba de Castro y el aula arqueológica de Sedano.

En total, en la provincia hay 48 museos, centros de interpretación y aulas arqueológicas, 27 más que hace diez años. El espectacular incremento está íntimamente relacionado con el despegue del turismo rural. La competencia entre comarcas y entre municipios ha obligado a las entidades locales a poner en marcha recursos turísticos de calidad para atraer a «viajeros cada vez más exigentes», según explica Enrique Pérez, gerente del Patronato de Turismo.
De este modo, muchos pueblos han valorizado «recursos dormidos» y recuperado tradiciones para mostrarlas al turista. En este proceso ha jugado un papel esencial el hecho de que se ha producido un cambio en el concepto de museo como simple almacén de objetos. «En estos momentos, tiene más importancia un centro de interpretación donde expliquen al visitante el procedimiento por el que se extraía la sal en las salinas de Poza, aunque no se muestre ningún elemento», subraya Pérez.

La arqueología y el arte contemporáneo «se han convertido también en claros reclamos turísticos». Por ello, la mayoría de municipios con algún tipo de yacimiento, «ha montado su centro de interpretación».
El cambio de gustos de los viajeros tanto españoles como extranjeros ha obligado a empresarios y administraciones a actualizar su oferta.

Fuente: diariodeburgos.es

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