lunes, 27 de febrero de 2012

-El puzle de los huesos del Cid.

El héroe castellano por antonomasia no descansa en paz. Su destierro es ya milenario. Es probable que no haya huesos más viajeros que los del Cid, repartidos aquí y allá, hijos de los avatares azarosos de los siglos. Queriendo recomponer este puzle secular, la Asociación Ego Ruderico ha emprendido la empresa nada fácil de localizar cuantos restos de Mio Cid se sepa que están dispersos por el mundo. Tal afán ha dado ya sus primeros frutos, sorprendentes de principio a fin. Se sabía, y a ello llegaremos, que había restos óseos del que en buena hora nació en Francia y la República Checa. Y que durante siglos los hubo en Alemania.

 Se sabía que los que se salvaron y se pudieron reunir están en la Catedral. También que en la Sala Poridad del Arco de Santa María se conserva el radio de nuestro más inmortal caballero. Pero los miembros de Ego Ruderico han hallado otra pieza más del rompecabezas. Resulta que en la sede de la Real Academia Española de la Lengua hay otro fragmento del cráneo del gran batallador castellano, del que no se tenía noticia pública hasta ahora.
Está allí desde 1968, y la rocambolesca historia guarda relación con el premio Nobel Camilo José Cela. Según han confirmado al colectivo cidiano desde la propia RAE, el 13 de marzo del citado año 68 Ramón Menéndez Pidal recibía en su casa un solemne homenaje con motivo de su 99 cumpleaños. Una comisión de académicos acudió a homenajearle y le llevó un presente. El que fuera de los más grandes estudiosos de la figura del Cid se sorprendió al ver el objeto: era un hueso del cráneo del héroe castellano. Aunque no era un regalo porque iba a ser estudiado, se lo enviaba otro académico, Camilo José Cela, quien al parecer había mediado con la que era entonces propietaria de la reliquia, la condesa Thora Darnel-Hamilton, quien a su vez lo había heredado de su abuelo después de que a éste se lo donara un tal barón de Lamardelle, al parecer uno de los expoliadores.


Según recogen las actas de la RAE, el casi centenario filólogo observó el fragmento de cráneo «con conmovedor silencio» y que después lo besó «devotamente». Merece la pena anotar aquí el epílogo del acta: «La escena se nos aparece hoy plena de sentido y emoción. Aparte de la posible autenticidad o falsía de la reliquia (los datos aparecen también en una inscripción colocada en el mismo hueso), la circunstancia invade y reviste de atenazante gravedad aquellos momentos, y pone en pie, en un instante, largos siglos de historia. El Cid había sido uno de los grandes temas de la investigación histórica y filológica de Menéndez Pidal. Ya la muerte llamando a la puerta, el legendario héroe aparecía inesperadamente, para acompañar al maestro. No hubo otra pompa litúrgica que la presencia en la sala de un enorme ramo de rosas, noventa y nueve rosas, tantas como años cumplía, enviadas por Camilo José Cela, que no pudo asistir, a pesar de figurar en la comisión designada por el pleno».

Los otros restos. Cuando el Campeador murió (año 1099), sus restos fueron depositados en la Catedral de Valencia. Sin embargo, su viuda se los llevó consigo cuando dos años más tarde los almorávides entraron en la ciudad. No le importó a doña Jimena, ya que su marido siempre le había manifestado su deseo de ser enterrado en San Pedro de Cardeña. Allí, en el atrio del monasterio burgalés, fue de nuevo inhumada la osamenta del de Vivar, aunque no por mucho tiempo. En 1272, el rey Alfonso X hizo construir en la capilla mayor un gran sepulcro labrado para honrar la memoria del guerrero castellano con esta leyenda: «Aquí yace enterrado el Grande Rodrigo Díaz, guerrero invicto, y de más fama que Marte en los triunfos».
Pero no hubo paz para Rodrigo Díaz. Dos siglos más tarde, obras en el cenobio motivaron un nuevo traslado: los restos del Cid fueron trasladados a la entrada de la sacristía y colocados sobre cuatro leones de piedra. En el año 1541 de nuevo unas obras alteraron la paz eterna del caudillo medieval, entonces llevado a un lateral de la abadía. Hecho que no gustó un ápice al condestable Pedro Fernández de Velasco, quien tiene que recurrir al mismísimo emperador Carlos V para que los monjes devuelvan al que en buena hora nació al otro emplazamiento.


Dos siglos duró la tranquilidad. En 1736, los vestigios del Campeador fueron llevados a una capilla de nueva creación, la de San Sisebuto. Pero el verdadero vaivén iba a llegar unas cuantas décadas más tarde, a partir de 1808, con la invasión de las tropas napoleónicas. El templo fue expoliado salvajemente. Naturalmente, los restos del Cid no fueron respetados pese al interés y el respeto que sobre su figura sí tenían algunos mandos de las tropas francesas que ocuparon Burgos. Así, el general Thiebault, conocedor del personaje y en un gesto con el que pretendió congraciarse con el pueblo de Burgos, organizó el traslado de los restos (mejor dicho, de los que para entonces todavía quedaban, si es que quedaba alguno) a la ciudad. El 19 de abril de 1809, en un acto lleno de pompa y de solemnidad, se dio sepultura al Cid en un mausoleo que para la ocasión se había levantado en el paseo del Espolón.
Liberada España del yugo francés, los monjes solicitaron al Ayuntamiento de Burgos que los restos fueran devueltos al monasterio de San Pedro de Cardeña. Lo consiguieron en 1826. Pero las desamortizaciones volvieron a dejar lo que quedaba del Cid a expensas de profanadores. Para evitar males mayores, el Ayuntamiento consiguió sacar de nuevo los restos. Los únicos que se conservaban desde la profanación francesa. Seguían faltando los huesos más pequeños: carpo, metacarpo, tarso, metatarso, falanges y restos del cráneo. A resguardo en la capilla municipal, evitaron que otra broma del destino los llevara a Madrid. Por fin, en 1921, con la presencia del rey Alfonso XIII, se enterraron en el Crucero de la catedral.

Los más viajeros. Dos gabachos fueron los culpables del eterno destierro de los restos del Campeador: el conde de Salm-Dick y el barón de Delammardelle, que se repartieron parte de la osamenta. El primero no los conservó mucho tiempo y terminó por regalárselos al príncipe alemán Carlos Antonio de Hohenzollern, pasando a formar parte del museo particular de su castillo de Sigmaringen, en el sureste de Alemania. Gestiones del gobierno español consiguieron que esos restos regresaran a España a finales del XIX.
Lo que fue de la parte de Salm-Dick es la más difícil de saber. Sin embargo, se conocen dos lugares, en Francia y en la República Checa, en los que se dice están el resto de los restos. Unos, en Brionnais, municipio de Gènelard, en la Borgoña francesa. Son propiedad de un particular. Se conservan en una urna junto a una leyenda que explica su origen y procedencia; los otros se custodian en el palacio checo de Lazne Kynzvart. En 2007 el Ministerio de Cultura español solicitó al checo estudiarlos para comprobar su autenticidad, a la vez que pidió la devolución de un trozo de cráneo del Cid y de un fémur de doña Jimena. Que se sepa, no ha sucedido ni una cosa ni la otra. Los huesos del Cid permanecen en el destierro.


Fuente: www.diariodeburgos.es

sábado, 25 de febrero de 2012

-¿Los neandertales se extinguieron antes de llegar el Homo Sapiens?

Los neandertales europeos estuvieron al filo de la extinción antes de la llegada de los humanos modernos, según un estudio internacional que publica la revista Molecular Biology and Evolution en el que participan investigadores españoles.
Esta es la principal conclusión de un estudio genético publicado en la citada revista, en el marco de un proyecto internacional, según ha informado el Museo de la Evolución Humana de Burgos en una nota.
De los resultados de esta investigación se deduce que los neandertales desaparecieron de la mayor parte del continente europeo hace unos 50.000 años y que posteriormente un pequeño grupo recolonizó Europa central y occidental, donde sobrevivió otros 10.000 años antes de que los humanos modernos entraran en escena (unos y otros llegaron a coexistir).

Según Love Dalén, del Museo Sueco de Historia Natural de Estocolmo, "el hecho de que los neandertales de Europa casi se extinguieran para luego recuperarse y que todo eso sucediera mucho antes de que tuvieran contacto con los humanos modernos fue una completa sorpresa para nosotros".

Esto indica, ha continuado, que "los neandertales pudieron ser más sensibles a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron durante la última edad del hielo de lo que se pensó previamente".
Debido a esto y al realizar los análisis de ADN sobre fósiles de neandertales del norte de España, incluido uno descubierto en Valdegoba (Burgos) de hace 48.500 años, los investigadores notaron que la variación genética entre los neandertales europeos fue extremadamente limitada durante los diez mil años que precedieron a su desaparición.
Fósiles europeos y asiáticos más antiguos muestran mayores niveles de variación genética, los mismos que se encuentran en otras especies que han sido abundantes durante mucho tiempo en un mismo territorio.

La diversidad genética de los neandertales más antiguos y de los asiáticos era tan alta como la de los humanos modernos como especie, mientras que la variación de los últimos neandertales europeos no alcanzaba a la de los humanos modernos de Islandia, dice Dr. Anders Götherström, de la Universidad de Uppsala.
Este estudio se basa exclusivamente en ADN muy degradado, por lo que los análisis requirieron el uso de metodologías avanzadas. Por ello, se contó con la colaboración de especialistas de varios países, entre los que figuran estadísticos de Dinamarca y EEUU, expertos en secuenciación moderna de ADN de Dinamarca, y paleontólogos de España. Según explica la nota, sólo cuando todos los miembros del equipo internacional revisaron sus hallazgos, tuvieron la certeza de que los resultados revelaban una importante y hasta entonces desconocida parte de la historia de los neandertales.
El punto de vista sostenido anteriormente sobre una Europa habitada por una población neandertal que había permanecido estable durante cientos de miles de años hasta la llegada de los humanos modernos debe revisarse, según los investigadores de este estudio.

Los investigadores destacan que este tipo de estudios interdisciplinares es extremadamente valioso para el avance de la investigación en evolución humana, pues el ADN de humanos prehistóricos ha aportado hallazgos inesperados en los últimos años. Es muy emocionante imaginar qué nuevos descubrimientos se producirán en los próximos años en este campo, dice Juan-Luis Arsuaga, profesor de Evolución Humana de la Universidad Complutense de Madrid.

www.elmundo.es

jueves, 23 de febrero de 2012

-El caballo losino en la historia.

La estampa apacible de los losinos que actualmente vagan por los montes Obarenes guarda tras de sí una fecunda historia fruto de su longevidad como especie. Según los estudios más recientes, se trata de los descendientes de los únicos tres tipos de raza caballar autóctonas de la Península Ibérica y de la única que mantiene su mayor grado de pureza.
Solamente por esto ya ocupa un papel destacado en la historia no sólo de Burgos sino de toda la Península, aunque hay mucho más que conta que su posición en la fauna.
Su presencia en hechos históricos poco conocidos fuera de los círculos que han estudiado esta raza, lentamente van saliendo a la luz; en muchos casos, fruto de las modernas técnicas de investigación genética.

También el estudio de antiguos escritos recoge la presencia del losino, bajo otros nombres, pero con características físicas que le hacen reconocible, en lugares muy singulares.
Así, por orden de antigüedad, resultaría difícil imaginar a los losinos  como protagonistas de las antiguas carreteras de cuadrigas en el Circo Romano. Pero, sorpresa... Según las crónicas, desplazó a los caballos célticos cisalpinos llegando a figurar un tronco de caballos celtíberos entre los premios más cotizados en las competencias circenses de Roma. Esto fue así ya que una de sus cualidades más llamativas para los itálicos era la de practicar el paso portante, de andadura o ambladura, paso no conocido en Roma hasta entonces. Así, Plinio, que había sido oficial de caballería, lo describía como «paso no habitual, sino más bien como un trote suave que logra alargando las piernas alternativamente».

Recientemente, el papel de los caballos en la guerra ha sido recogido por la industria cinematográfica de forma muy destacada siendo la raza losina una de las más veteranas en los campos de batalla.
Sus características le hacían ideal para los combates especialmente en las zonas montañosas donde comenzó la Reconquista. Dado que en la época las fortalezas se construían en lugares inaccesibles el apoyo de los caballos losinos a las fuerzas cristinas resultó determinante en no pocos enfrentamientos con los invasores.
En las crónicas se recogen luchas en los castillos de Lantarón, Cellorigo y Pancorbo, defendido por el conde Vela Jiménez, donde en el año 882 se rechazó al ejército árabe.
Esto permitió frenar en seco a los ejércitos moriscos entrar por la Sierra de Tesla y los montes de Álava según las crónicas de los historiadores de ese momento histórico.

Fuente:  GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
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jueves, 16 de febrero de 2012

-Antepasados no tan bajitos.

Nuestros antepasados, el Homo heidelbengensis o los neandertales, no eran tan bajitos como se pensaba hasta ahora. Medían entre 1,64 metros y 1,61, respectivamente, frente a los primeros homínidos de nuestra especie, Homo sapiens, que tenían una estatura de 1,77 metros. Así se desprende de un estudio realizado por miembros del equipo de investigación de Atapuerca y publicado en el número de febrero de la prestigiosa revista científica Journal of Human Evolution.

Los investigadores han llegado a estas conclusiones tras analizar 27 fósiles completos (14 brazos y 13 de piernas) de los homínidos hallados en la Sima de los Huesos (500.000 años) y compararlos con restos de neandertales del registro mundial (60.000 a 40.000 años) y con primeros fósiles de Homo sapiens africanos (120.000-100.000 años).
Los datos se han comparado mediante una fórmula matemática propuesta por el investigador sueco Sjovold, que ha arrojado estos resultados. «La estatura es un parámetro fácil de medir en vivo, pero que muy difícil de estimar en poblaciones fósiles porque está relacionada con la genética, la nutrición, el sexo, la salud o el clima. Sin embargo, al disponer de fósiles completos en la Sima de los Huesos les podemos comparar con neandertales y sapiens mediante una fórmula matemática construida en base a muchos individuos de muchas poblaciones», explica José Miguel Carretero, del Laboratorio de Evolución Humana (LEH) de la Universidad de Burgos, autor principal del artículo, junto a Laura Rodríguez, Rebeca García-González, Juan Luis Arsuaga, Asier Gómez-Olivencia, Carlos Lorenzo, Alejandro Bonmatí, Ana Gracia, Ignacio Martínez y Rolf Quam.


La estatura media de los Homo heidelbergensis encontrados en la Sima de los Huesos es de 1,64 metros, según el estudio realizado, aunque hay diferencias si se hace la comparación por sexos.
De este modo, los hombres medirían 1,70 metros y las mujeres 1,58. La media de los neandertales analizados sería 1,61 (1,67, los hombres y 1,55, las mujeres), mientras que la de los primeros Homo sapiens alcanzaría los 1,77 metros (1,85 los hombres y 170 las mujeres). «Ni los hombres ni mujeres de la Sima de los Huesos ni los neandertales son bajitos en comparación con las poblaciones actuales de este entorno climático como España, Italia, Grecia, Portugal o Yugoslavia, aunque si es cierto que eran más anchos. Además, concluimos que la estatura ha variado muy poquito a lo largo de 2 millones de años si lo comparamos con lo poco que conocemos de Homo Ergaster y Homo antecessor, pero con la llegada del Homo sapiens, hace 200.000 años, se produce un aumento» añadió Carretero.


Los científicos intentarán explicar en nuevas investigaciones las razones que motivaron este aumento de estatura. En un primer avance, consideran que pudiera deberse a una disminución del gasto energético. «Además de ser más altos, eran más estrechos, lo que desde el punto de vista mecánico y de las articulaciones hace que sean más eficaces y tengan menos gasto de energía. En nuestra opinión, este cambio tuvo un papel decisivo en su supervivencia», apostilló.
La extraordinaria colección de fósiles humanos que guarda en su interior la Sima de los Huesos, cuya excavación dirige Juan Luis Arsuaga, permitirá también conocer cuánto pesaban y sus proporciones corporales.


Fuente: www.diariodeburgos.es

lunes, 13 de febrero de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012

-Burgos antes y despues.

Interesante vídeo para conocer rincones de Burgos a lo largo del tiempo.

Fuente: www.youtube.com

-Exposición de "playmóbil". Escenas históricas.


El hotel "Las Vegas" acoge una muestra de playmóbil hasta el próximo 9 de marzo.
Si en alguna ocasión ha tenido entre sus manos un click, no puede perderse esta original propuesta que por primera vez se realiza en Burgos. Y si no sabe lo que es un click -tiene diez segundos para hacer una búsqueda rápida por internet-, esta va a ser la mejor ocasión para conocer de cerca lo que puede dar de sí la afición por este juguete mítico.


El hotel Las Vegas, ubicado frente a la aduana de Villafría, acoge hasta el próximo 9 de marzo la exposición 'Un paseo por la historia', una muestra realizada por la Asociación Española de Coleccionistas de Playmóbil, que cuenta con un presidente de Burgos, Javier Sagredo, quien ayer hizo de guía especializado para este periódico. La entrada a la muestra es gratuita y se puede visitar de 10 a 13 y 17 a 21 horas de lunes a viernes, y los sábados y domingos de 10 a 22 horas. En la exposición, en la que han participado cerca de 30 personas, se realiza un recorrido histórico en el que se han empleado más de 6.000  clicks que representan escenas vinculadas con hechos históricos. Como no puede ser de otra manera, todo empieza con los dinosaurios para seguir avanzando a un momento en el que la referencia a Atapuerca no podía faltar. La minuciosidad con la que estos amantes de los clicks elaboran las escenas es admirable. Con estas recreaciones, en las que se da cuenta de cada detalle, se rompe uno de las 'pegas' que siempre se ha puesto a estos muñequitos, su poca movilidad. Pero cuando se realizan con tanto mimo las escenas, al verlas queda la impresión de que van a empezar a moverse. Eso parece cuando se observa la recreación de las Termópilas, donde el desfiladero que se recrea es como el de Pancorbo. El egipto de los faraones, con sus pirámides y maqueta de Petra, también sorprende. Espectacular es la parte dedicada a Roma, donde se recrea una ciudad con todo lujo de detalle. Las construcciones son originales de los miembros de la asociación, ya que los complemetos y accesorios de los clicks no dan para tanto. El recorrido sigue hasta la época actual y se cierra con una evocación de la era espacial.
Esta afición por los clicks ha hecho que consiguieran un récord Guinness a la exposición playmóbil más grande del mundo. Se realizó en Barbastro (Huesca) con 68.808 figuras.


Fuente:   http://www.elcorreodeburgos.com

jueves, 2 de febrero de 2012

-Tesis doctoral determina la cronología completa del yacimiento de Gran Dolina.

Determinar la cronología de un yacimiento es siempre una tarea compleja. Para afinar y asegurarse de que los datos obtenidos son ciertos se llevan a cabo estudios desde diversas disciplinas y se contrastan los resultados, principalmente de los estratos más ricos desde el punto de vista arqueológico. Así, por ejemplo, hasta el momento sólo se disponían de dataciones puntuales de ciertos niveles de Gran Dolina, en Atapuerca, como TD6, donde en 1994 se descubrió una nueva especie, ‘Homo antecesor’, con una antigüedad de 800.000 años.

Esto ha cambiado con una tesis doctoral presentada en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona que ha permitido determinar por primera vez la antigüedad de todos los niveles de Gran Dolina, en un período que abarcaría entre 1,2 millones de años y 200.000 años antes del presente. Los resultados son coherentes con lo que se conocía sobre los estratos ya analizados anteriormente con otros métodos distintos al empleado ahora, como el paleomagnetismo, la bioestratigrafía y la luminiscencia. Concretamente, la autora de la nueva tesis doctoral sobre Atapuerca, Davinia Moreno, ha utilizado la técnica de la Resonancia de Spin Electrónico aplicada a cuarzo extraído de sedimentos kársticos blanqueados ópticamente (ESR-OB) por los rayos UV procedentes de la luz solar. Es decir, que el contacto de los granos de cuarzo con los rayos UV de la luz solar, durante el transporte del sedimento, facilita la liberación de los electrones que han quedado atrapados en la muestra. De esta manera, el ‘reloj geológico’ se pone a cero y lo que datamos en el yacimiento arqueológico corresponde al momento de sedimentación del cuarzo y no al de la formación de dicho mineral.


Esto es un hecho novedoso, pues nunca antes se había usado este método de datación para contextos de este tipo, aunque sí, y con éxito, en entornos fluviales.
Para Davinia Moreno, su tesis «no es más que el comienzo de un trabajo mucho más amplio que debería continuar por parte del Equipo de Investigación de Atapuerca. Las secuencias estratigráficas de Galería y Sima del Elefante deberían datarse siguiendo el mismo protocolo realizado en Gran Dolina con el objetivo de afinar el cuadro cronoestratigráfico de cada yacimiento y poder hacer correlaciones entre los diferentes niveles de cada relleno kárstico», asegura.



Fuente: www.diariodeburgos.es

miércoles, 1 de febrero de 2012

-Alimentación en el Pleistoceno.

Una tesis doctoral presentada recientemente en la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona demuestra que, hace más de 300.000 años, el menú de los homínidos que habitaban Atapuerca y, especialmente Bolomor (Valencia), ya incluía una gran variedad de animales, según informaron ayer fuentes del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social).
Así se ha visto que su menú «era muy amplio», puesto que procesaban tanto especies de gran tamaño, por ejemplo elefantes o rinocerontes, como otras más pequeñas, caso de los conejos, aves y tortugas. La adaptación al medio, el patrón ocupacional y la diversidad de comportamientos favorecieron esta capacidad. La autora del estudio, Ruth Blasco, investigadora del IPHES y de la URV, propone la existencia de una amplitud temprana de la dieta humana a partir del análisis zooarqueológico de diferentes conjuntos arqueológicos del Pleistoceno medio peninsular (concretamente desde los 400.000 a los 120.000 años antes del presente), informa Ical.

La Zooarqueología como disciplina pretende establecer las relaciones que existen entre los grupos humanos y los animales en el pasado, a partir de los elementos esqueléticos que aparecen en los yacimientos, pues los homínidos, al igual que otros predadores, acumulan restos de sus presas en refugios temporales o en campamentos. «El estudio de estas acumulaciones faunísticas, de sus pautas de formación, naturaleza y composición, constituye una base fundamental para conocer el comportamiento humano del pasado».
Los materiales estudiados en dicha tesis, un total de 45.000 restos faunísticos, proceden del subnivel TD10-1 de Gran Dolina en Atapuerca, con una antigüedad aproximada de 300.000 años, y de los niveles XVII, XI y IV de la Cova del Bolomor, con una cronología que abarca desde los 350.000 años a los 120.000 antes del presente. La muestra incluye tanto restos de pequeños animales (aves, tortugas, conejos) como grandes, medios y pequeños ungulados (elefantes, rinocerontes, caballos, ciervos, etc.); al igual que carnívoros (leones, zorros o linces).

«Los datos obtenidos han permitido observar una diversidad comportamental relevante entre los grupos humanos tanto de TD10-1 como de la Cova del Bolomor. Tales variaciones quedan reflejadas no sólo en el espectro de presas que los homínidos son capaces de explotar, sino también en la variedad de estrategias de obtención que son capaces de desempeñar», observa. «Estas estrategias van desde el carroñeo hasta la caza compleja, pasando por la obtención individual de ungulados y la posible captación en masa en el caso de los lagomorfos de algunos niveles de Bolomor», añade.
«Tanto las ocupaciones cortas como las relativamente prolongadas en el tiempo, parecen contener una diversidad mayor de especies como resultado de los múltiples eventos que reflejan la espontaneidad de los altos en el camino o, por el contrario, como resultado de la amplitud de recursos que conlleva la permanencia de un grupo en un mismo enclave».

La misma investigadora considera que, en este sentido, es posible que existan «numerosas transformaciones en la dieta de los grupos humanos que podrían arrancar desde momentos muy tempranos». A partir de los datos obtenidos en esta tesis, los cambios en la alimentación no parecen ser lineales en el tiempo y en el espacio, sino que parecen estar condicionados por la diversidad comportamental, el patrón ocupacional y las características propias del medio donde se desenvuelven los diferentes grupos humanos del territorio europeo.
«Hasta ahora, los elementos utilizados para explicar el cambio en la dieta humana a partir del Paleolítico superior en Europa y Próximo Oriente se habían relacionado subsecuentemente con el Comportamiento Humano Moderno y por tanto con Homo sapiens», asegura. Sin embargo, varios de estos elementos parecen observarse en algunos conjuntos europeos del Pleistoceno medio e inicios del superior (pre-neandertales y neandertales).

Fuente: www.elcorreodeburgos.com