miércoles, 27 de agosto de 2014

-Juana María de Villachica y Llaguno. Una burgalesa contra la viruela.


Grabado de la Biblioteca Nacional de París que muestra una escena caricaturizada del uso de la vacuna. Imágenes Institución Fernán González Aunque murió a la pronta edad de 38 años, Juana María de Villachica y Llaguno tuvo tiempo para codearse con los intelectuales españoles del momento -siglo XIX- y gracias a ello hacer que Burgos, su ciudad natal, cogiera el tren de la Historia y de los avances científicos bien que con dispares resultados. Gracias a su influencia, la ciudad fue sede por unos años del Real Colegio de Cirugía, que fue el magnífico germen de una Facultad de Medicina que se frustró, y se procedió a la primera vacunación. Fue contra la viruela y resultó beneficiado el 10% de la población. Tal es su legado a pesar de que su nombre ha quedado en el olvido -probablemente por su condición de mujer- y ni siquiera se conocen imágenes en las que se la represente.
Esta historia de las vacunas contra la viruela y el protagonismo de la dama, escrita por el médico e historiador de la Medicina José Manuel López Gómez con el título Un proyecto ilustrado en Burgos. Los inicios de la vacunación antivariólica, será publicada en enero en el próximo boletín de la Institución Fernán González, una edición especial ya que se trata del número 250 de la revista que se lleva publicando ininterrumpidamente desde 1922.

«Resulta esencial el papel que esta mujer juega para que llegue en 1801 la vacuna de la viruela a Burgos porque es ella quien conoce al médico Ignacio Ma Ruiz de Luzuriaga en la casa madrileña de su tío Eugenio de Llaguno y Amirola, primer oficial de la Secretaria de Estado y académico de la Historia, que se codeaba con personalidades de la Ilustración como Jovellanos, Iriarte o Samaniego y tenía una tertulia en la que Juana María participaba en sus estancias madrileñas», explica López Gómez.
La mujer, ya en Burgos, contacta epistolarmente con Ruiz de Luzuriaga para comunicarle la intención de su médico, que lo era también del Cabildo Catedralicio y el Hospital de Barrantes, Prudencio Valderrama, de importar a la ciudad la vacuna y pedirle los elementos técnicos necesarios para llevarla a cabo. Tanto Juana Manuela como Prudencio habían conocido la existencia de tal avance gracias a las noticias leídas en el Semanario de Agricultura y Artes, que fue la primera publicación que se hizo eco de ello en España.
«Ruiz de Luzuriaga envía la vacuna y sin más preámbulos el 16 de agosto de 1801, Valderrama tiene el coraje de vacunar a sus propias hijas Andrea y Rosa, de 6 y 4 años, para comprobar la eficacia de la medida antes de generalizarla en la ciudad. Yla tiene, como comprueba el burgalés y le cuenta al médico de Madrid detalladamente en una carta. Un año después, en 1802, ya se había vacunado al 10% de la población de Burgos», añade el investigador.
En esta labor contó con la ayuda de José Victoriano Gómez, cirujano de Barrantes, con quien vacunó a todas aquellas personas que lo desearon: «Imagino, además, que lo costeó el propio médico aunque no era una cantidad muy grande. Lo que hacían era que con la linfa vacuna de un paciente al que se la inoculaban tomaban la muestra para el siguiente y así lo iban enlazando».


Esta primera experiencia vacunal en la ciudad no dio paso, como hubiera podido suponerse, a la generalización de la medida preventiva contra las enfermedades ya que hubo muchos altibajos. Se registraron algunos intentos, recuerda López Gómez, en Espinosa de los Monteros y existe un documento de 1830 (tres décadas después de estos hechos) en el que el cirujano del Ayuntamiento, Cipriano López, se queja de que la vacunación había caído prácticamente en desuso en la ciudad, de manera que la viruela repuntó: «La vacuna sufrió fluctuaciones dependiendo de las autoridades sanitarias municipales. El primer gabinete con un objetivo exclusivamente vacunal se creó a finales del XIX por Florentino Izquierdo, médico del Hospital Provincial». Todo ello a pesar de la alta prevalencia de la viruela, no menor de un 10%, según datos nacionales de la época. La enfermedad no fue erradicada totalmente hasta 1964.
¿Y qué fue de Juana Manuela? Esta burgalesa tan desconocida fue una mujer «profundamente ilustrada e interesada de manera continua en los avances culturales y científicos de la época y puso toda la carne en el asador para que algunos de ellos se incorporaran a la ciudad para mejorar la vida de la gente», en palabras de José Manuel López Gómez, quien considera que se merece algún reconocimiento público. Durante la Guerra de la Independencia su marido, el muy afrancesado Francisco de Urquijo, fue nombrado corregidor de Burgos pero cuando en septiembre 1812 las tropas galas son obligadas a salir de la ciudad, la pareja se marcha a Vitoria para regresar al poco cuando los ‘gabachos’ hacen lo propio. No tuvo tiempo para más ya que muere en diciembre de ese mismo año.

Fuente:  http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZCB6F94B1-C54F-8215-32CF815877B21A98/20140827/mujer/viruela

martes, 26 de agosto de 2014

-El Pozo Azul revela un quinto sifón y más de un kilómetro nuevo de cueva.


Imagen tomada el sabado durante la entrada a la cueva de René Houben, uno de los dos buceadores que ha alcanzado el nuevo récord. Peter Goossens El Pozo Azul de Covanera sigue sin tener fin. Al menos el ser humano aún no lo conoce. Esta cavidad, a tramos inundada y a tramos con galerías aéreas, ha vuelto a deparar nuevas sorpresas en la campaña 2014. Los buceadores Jason Mallison y René Houben (británico y holandés) regresaron a media tarde de ayer a la superficie, un día antes de lo esperado, tras pasar tres y dos noches respectivamente explorando las entrañas de la tierra entre la depresión del alto Ebro y el páramo.
Las noticias que sacaron a la superficie hablan de más de un kilómetro de cavidad nueva descubierta, de un quinto sifón (tramo inundado) y de nuevas sorpresas de un lugar conocido como «el Everest del espeleobuceo», que ya marcó un récord mundial de longitud en 2009.
Xesús Manteca, miembro de la equipo que durante las semanas previas había trabajado en la preparación del ‘asalto’ al Pozo Azul, explicaba los avances logrados a partir de la cavidad aérea conocida como ‘Razor II’ donde se quedaron los buceadores el año pasado: esta parte seca tendría unos 500 metros de longitud, en cuyo extremo final surge el quinto sifón de la cueva.
La parte inundada tendría solo 100 metros, una distancia insignificante en comparación con los más de 5 kilómetros que tiene el gigantesco segundo sifón, pero incorpora la característica de que deja de ser un tubo simple para convertirse en algo «muy caótico», con varias entradas y salidas, lo que podría abrir la puerta a futuras exploraciones.
Tras el quinto sifón ha aparecido otra galería aérea, de la que Mallison y Houben habrían recorrido unos 500 metros, y a partir de ahí de nuevo la incógnita de cómo y por dónde continuará, algo que queda para próximas campañas. Además, en la galería conocida como Tipperary que separa los sifones 2 y 3, se ha comprobado que su longitud ronda los 500 metros por encima de lo ya estimado.
Con todo ello el desarrollo del Pozo Azul burgalés se iría por encima de los 13 kilómetros, todos ellos bajo tierra y con una buena parte inundada. Un reto de categoría mundial al alcance de muy pocos que solo se atreven a afrontar espeleobuceadores muy experimentados.


Tras el regreso de la pareja ‘de punta’, como se la conoce en términos técnicos, el equipo de británicos, holandeses y españoles que compone la expedición continuará unos días en Covanera para recoger el material que aún permanece en la cueva. Será el momento para las celebraciones tras este nuevo hito.
Las expediciones al Pozo Azul se remontan a los años 60 y 70, pero fue a partir de los 90 y especialmente mediada la década de los 2000 cuando vivieron los mayores impulsos de la mano de equipos internacionales.

 Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z987951CF-DD90-CEF9-45C58D52DE3D5EA9/20140826/pozo/azul/revela/quinto/sifon/mas/kilometro/nuevo/cueva

jueves, 7 de agosto de 2014

-Hallan la huella de un saurópodo único en el mundo.


La campaña de excavaciones llevada a cabo en la Sierra de la Demanda deja al descubierto un descubrimiento de calado internacional: la huella de un saurópodo único en el mundo. El hallazgo se encuentra localizado en el yacimiento de las Sereas 8, ubicado entre las localidades burgalesas de Quintanilla de Las Viñas y Mambrillas de Lara.
Fidel Torcida, director de las excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda (I), presenta junto con Alfredo Pérez-González, director del CENIEH. Ricardo Ordóñez (ICAL)
El director del Colectivo Arqueológico-Palentológico Salense, Fidel Torcida, acompañado del director del Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana, Alfredo González, ha presentado esta mañana en Burgos un hallazgo muy importante ya que se trata de un tipo de huella no descrita en el registro icnológico mundial y pertenece a un dinosaurio de grandes dimensiones.
 
Torcida ha explicado que “se trata de un rastro de saurópodo que se extiende en 17 metros de longitud y que permite localizar 17 huellas de este dinosaurio” que habitó hace más de 140 millones de años en la provincia de Burgos. Un hecho que constata la existencia de estos pobladores en la región y que permite hablar del “yacimiento con mayor número de huellas de dinosaurios de Castilla y León”.
 
Las huellas o icnitas de este gran dinosaurio se han localizado en el yacimiento de Las Sereas 8 que se ha comenzado a estudiar en esta campaña y cuyo estudio se prolongará los próximos dos veranos. Así lo ha indicado Torcida, quien entiende que, según las primeras comprobaciones, “todo apunta a que las huellas localizadas en Las Sereas 8 coincidan con las halladas anteriormente en el yacimiento de Las Sereas 7”. De confirmarse la teoría, se trataría de un registro fósil de dinosaurio “único” con más de medio centenar de pisadas. 
 
Huella únicall
 
“Conserva unas características anatómicas únicas en el mundo”, ha apostillado Torcida. En las huellas hay detalles anatómicos de dedos que son importantes para caracterizar este tipo de huellas. Lo más interesante es que los caracteres encontrados son muy semejantes a los que se conocían en el afloramiento cercano de Sereas 7, por lo que se trataría en los dos casos de individuos de la misma especie.
 
Este hecho tiene una importancia científica notable, pues las investigaciones en Las Sereas 7 han determinado que son huellas singulares: ni se conocen otras similares en el registro mundial, ni hay restos esqueléticos de dinosaurios saurópodos que se corresponderían con este tipo de pies. Con este nuevo descubrimiento se constata la circunstancia de encontrarnos con un tipo de huella saurópoda inédita en el registro mundial y que, sin embargo, parece tratarse del saurópodo más frecuente en Las Sereas.
 
La hipótesis con la que trabaja el equipo de investigación de Las Sereas -en el que se incluyen paleontólogos del Museo de Dinosaurios salense y del CONICET argentino- es que se trata de un tipo de huella saurópoda no descrita hasta ahora en el registro icnológico mundial.
 
El rastro saurópodo citado es también interesante porque conserva muchos detalles del movimiento de las extremidades en el barro, o del comportamiento de éste al ser removido y desplazado por los dinosaurios. El suelo resultó intensamente deformado por el paso de ese gigante que poseía unas extremidades posteriores de tres metros de altura (la longitud de algunas huellas supera los 55 centímetros).
 
 
Apoyo y reconocimiento
 
El descubrimiento que ha salido a la luz en la campaña que se inició el pasado 21 de julio y que finalizó el 31 del mismo mes hace pensar a sus responsables que “sería conveniente” proteger esta zona para poder proceder a su estudio y hacerla “más visible” al turista.
 
Máxime de cara a una futura candidatura a Patrimonio de la Humanidad. “Creemos que si hace unos años se hubiera descubierto Las Sereas se hubiera impulsado el reconicimiento”, ha destacado Torcida, que lamenta que la candidatura se encuentre en la actualidad “dormida”.
 
 
Campaña con resultados
 
Otras huellas encontradas corresponden a terópodos, dinosaurios carnívoros que se desplazaban sobre sus dos patas posteriores. Es el grupo más abundante en Las Sereas en cuanto al número de individuos representado. Algunas huellas muestran claras diferencias entre ellas, por lo que se considera que había una alta diversidad de dinosaurios depredadores en un entorno abundante en presas.
 
El tercer grupo identificado en Las Sereas 8 es el de los estegosáuridos, dinosaurios con placas óseas en el dorso de su cuerpo. Se ha descubierto un rastro incompleto que muestra huellas de pie y mano con detalles anatómicos bien conservados. Este hallazgo ratifica la presencia de estos dinosaurios acorazados en Las Sereas. Aunque sea el grupo menos representado, permite ampliar la diversidad de tipos de dinosaurios que conocemos en este yacimiento.
 
El Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense (C.A.S.) está planificando para el futuro de Las Sereas una serie de intervenciones que están condicionadas por dos características de este megayacimiento: la fragilidad de la roca y la gran cantidad de puntos que afloran con huellas. El punto de partida de estos proyectos futuros a medio y largo plazo es el de concentrar los esfuerzos de protección y puesta en valor en zonas accesibles al público y que contengan afloramientos de huellas abundantes y bien conservadas.
 
En este sentido el conjunto de Sereas 6, 7 y 8 puede ser el mejor candidato para elaborar un producto paleontológico que aúne ciencia y divulgación. La colaboración de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León y del CENIEH puede facilitar esa planificación, así como la coordinación establecida entre el CAS y los proyectos que desarrolla la Asociación de Amigos Tierra de Lara.
 
Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZE379D101-F5AD-EE31-61C996FE7D94AAB5/20140807/hallan/huella/sauropodo/unico/mundo